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Dr. Jorge A. Lera Mejía
Ante una clara crisis
económica y sanitaria mundial y nacional, para México resulta inédito e
insólito que los trabajadores que fueron expulsados de nuestro país por falta
de oportunidades ahora sean uno de los factores más importantes para mantener
el consumo privado de los pobladores más pobres.
Vale recordar que en
los Estados Unidos residen más de 30 millones de ciudadanos de origen mexicano,
de los cuáles cerca de 11 millones se encuentran en forma indocumentada. Estos,
más del 70% mantienen fuertes vínculos de relación y manutención con sus familiares
que aún residen en México. Esto los motiva a enviar parte de sus ingresos y
ahorros en forma de remesas.
Por este sentimiento de
solidaridad familiar, este 2020 de crisis económicas sanitaria mexicana, las
remesas están permitiendo mitigar la caída en los ingresos de los hogares,
además de ser uno de los principales motores del consumo.
De enero a octubre del
presente año se han registrado un total de 33 mil 564 millones de dólares, por
lo que de seguir el ritmo actual el ingreso de divisas a México por
concepto de remesas superará los 40 mil millones de dólares al cierre de
este año.
Quiere decir que
alrededor de 860 mil millones de pesos, en este 2020 de crisis permitirán
mitigar la caída en los ingresos de los hogares.
La crisis impulsó los
envíos de connacionales en el exterior a sus familiares en México, y además la
depreciación del peso favoreció un mayor monto de estos recursos en moneda
nacional. El crecimiento de las remesas fue de 10% en dólares, pero de 25% en
pesos.
Además, la cifra superaría
significativamente los flujos que se esperan captar en inversión extranjera
directa para el año de alrededor de 26 mil millones de dólares.
Sigue siendo muy
irónico ahora, que los trabajadores del campo y la ciudad mexicanos, que, ante
la falta de oportunidades en nuestro propio país, y al tener que huir
expulsados por esa misma crisis de falta de trabajos, sean ahora el sector
principal que en México soporte gran parte de nuestra economía.
Este grupo de
expulsados al mostrar su solidaridad con sus familiares y amigos más cercanos,
han multiplicado los envíos promedio, no obstante que la situación laboral en
los EE. UU. también muestra signos de rezagos económicos.
Este repunte constante
de las remesas se da en un momento crítico para nuestra economía nacional,
cuando más se necesita, la economía mexicana está en plena contracción y el
Banco de México estima que la caída general del PIB de este año será del 9.2%.
También están en crisis
las principales fuentes de ingreso del país, las exportaciones de mercancías,
el turismo y los ingresos por el petróleo disminuyeron durante la pandemia,
mientras que las remesas siguen aumentando.
Esto significa que los
envíos que están recibiendo las 1.8 millones de familias perceptoras han
contribuido a sostener el consumo interno, el cual es vital para que la
economía se mueva...
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