· Y
a la escucha de fake news antigobiernistas
· Buscan
inundar de terror a los consumidores
Por Francisco Gómez Maza
En México como en China con el coronavirus,
hay un brote de charlatanería, particularmente en los canales de video, como
Youtube.
Falsos profetas de la comunicación de masas
están llenando la cabeza de mucha gente de miedo y hasta de pánico frente a
falsedades (fake news) como esa de que es inminente un terremoto de 8 grados, o
porque “la pandemia” del coronavirus está ya en todos los rincones de México. Y
¡nos matará sin piedad!
Sin embargo, seamos serios, seamos cuerdos:
Sismos y coronavirus son el material de
batalla de tales comunicadores. Son los temas con los que siembran el terror en
la mente de millones de personas. Ocultan – y sí lo saben - que los sismos son
normales. Que México es tierra de volcanes y de temblores y hasta de terremotos
devastadores.
Durante toda su historia, los habitantes de
este país han padecido la destrucción y la muerte que produce un sismo de gran
intensidad, y los sustitos cotidianos por un balanceo del suelo.
La neumonía que produce el coronavirus chino
sólo es controlable por los médicos y los medicamentos. Por nadie más.
Llegan estos videntes farsantes, inclusive, a
pronosticar terremotos destructores que acabarían con la vida en la superficie
mexicana. Y, según ellos, y así lo creen quienes los ven y los escuchan en sus
celulares, el coronavirus ya está en México y hay que protegerse porque el
presidente López Obrador no hace nada.
Esta patología, la sismológica y la viral, es
ya una “pandemia”, que va a contagiar a millones de personas en el mundo, en
boca de esos diabólicos yutubers. Y hablan de alertas naranjas y rojas, cuando
es imposible pronosticar los terremotos.
Además, si realmente tuvieran conocimientos,
dirían que México ha sido tierra de volcanes y de sismos, y tiembla
permanentemente en toda su geografía.
Lo único que nos queda, ante esta situación,
es estar preparados para lo que sea. López Obrador, amigos yutubers, no puede
parar un sismo ni detener la invasión de un virus malévolo, si es que creen que
este señor es el autor de todos los males a los que se enfrentan los mexicanos.
Hay cosas que se pueden cambiar. Hay otras
que jamás se podrán cambiar, como reza la clásica Oración de la Serenidad, que
es excelente lección para los atolondrados y los charlatanes. Serenidad para
aceptar y valor para cambiar. Pero ni aceptan ni cambian. Y siempre serán así.
No tienen remedio.
A la gente de a pie, a la que viaja en el
transporte público, qué le queda por hacer. Difícilmente podrá ser orientada
por guías serios, porque aparecen los comunicadores del terror y, maldita sea,
nos llevó patetas.
Aquí comienza el rol de los medios serios,
profesionales, particularmente de los medios masivos, la televisión y la radio,
y los guías de opinión de las networks (prefiero emplear este término
anglófono, porque detesto llamarlas redes sociales, ya que son lo más
antisocial que he conocido.)
En fin. Quedémonos con esto: Absoluta mentira
cualquier pronóstico de terremotos. Quien lo diga es terrorista.
No podemos hacer nada para detener una
epidemia, y menos una pandemia. Lo único es estar preparados; comportarse de
acuerdo con las instrucciones de los que saben.
Y perdónenme, amigos antilopezobradoristas.
Este señor que odian no es una divinidad; no es el todopoderoso… Parece que no
pudieran vivir sin él. Parecen novias heridas.
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