· Para qué sirve la CNDH de la señora Rosario Piedra
· García Cabeza de Vaca ¿vergüenza para el PAN? ¡Na!
Por Francisco
Gómez Maza
Tamaulipas no deja de ocupar los más
caros espacios de los medios impresos, radiales y televisados, así como los de
las redes sociales.
Ahora el
estado está en la mirada de muchos, por la ocurrencia de un hecho que me hizo
recordar la masacre de los 72 migrantes centroamericanos, ejecutada por
narcotraficantes en el poblado de San Fernando, hace ya una década, cuando
desgobernaba México el ex panista y ex jefe de presidiario, acusado de varios
delitos de narcotráfico y corrupción, el “súper policía” Genaro García Luna, y
que aún no acaba de ser descifrada.
Ahora, ocurrieron horrorosas ejecuciones
extrajudiciales presuntamente perpetradas por soldados de las fuerzas armadas,
de las que por cierto la Comisión Nacional de los Derechos Humanos no ha tomado
nota, y su presidenta Rosario Piedra menos ha dicho algo, cuando ya debía de
haber atraído el asunto y condenarlo. Más bien el presidente de la
república y el secretario de la defensa nacional han tomado el lugar de la
presunta defensora.
Tanto el presidente como el general
secretario han hablado ya de la necesidad de que tales ejecuciones sean
investigadas de inmediato. En tiempos de presuntas transformaciones, cuando se
supone que los soldados del ejército tienen que estar para defender a la patria
y a los ciudadanos, no puede concebirse que haya militares que aún continúan
violando los derechos humanos y acabando con vidas, aunque fuesen de criminales
y más aún de ciudadanos secuestrados.
Y como estamos en tiempos no sólo de
pandemia, sino de videos comprometedores, pues el diario El Universal fue quien
ahora difundió la videograbación del desaguisado militar. En ella puede
apreciarse que, luego de una persecución a presuntos criminales, un soldado ordena dar
muerte a una persona
viva y, de acuerdo con los familiares de la víctima, el cadáver fue maniatado y
muerto con un tiro casi a quemarropa.
Presuntamente, el asesinado, en vida
había sido secuestrado por el grupo criminal con el que se enfrentaron los
militares.
En los hechos grabados en video, puede
apreciarse que también fallecieron (asesinados), además de los criminales, otras dos personas que presuntamente también estaban
secuestradas.
Pero doña Rosario Piedra ni ve ni oye.
Tamaulipas no ha dejado de estar en el
ojo de los medios masivos. Suena fuerte a pesar del ruido casi ensordecedor que
detona en la red, y que no permite escuchar con claridad los asuntos realmente
importantes para la vida de la república.
Aún está vigente el escandalazo del
gobernador (en la foto de arriba) Francisco Xavier García Cabeza de Vaca, del Partido Acción
Nacional. El mandatario
tamaulipeco es objeto de dos investigaciones judiciales:
Una en México, relacionada con el caso
Lozoya y los sobornos del gobierno de Peña a legisladores, en este caso
panistas, a quienes no les alcanza la dieta y se “acompletan” con los moches,
para que aprobaran las reformas denominadas estructurales, y específicamente la
reforma que permitió entregar los bienes nacionales, como el petróleo y sus derivados,
a inversionistas privados tanto nacionales como extranjeros. La reforma
energética.
La segunda pesquisa legal la lleva la
Oficina (estadounidense) de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI),
especializada en crímenes trasnacionales, relacionados con la delincuencia
organizada y el narcotráfico.
En México, a García Cabeza de Vaca se le
señala por su presunta participación en los sobornos de la multimillonaria
contratista brasileña Odebrecht, con los que fueron cooptados y corrompidos
integrantes de la LXII Legislatura para comprar votos a favor de la Reforma
Energética.
Quien hizo las precisiones y dio
nombres, entre los que se señala al actual gobernador tamaulipeco, es el ex
director de Pemex, Emilio Lozoya Austin, indiciado testigo colaborador de la
Fiscalía General de la República (FGR).
Lozoya denunció, para curarse en salud,
a un grupo de legisladores panistas, entre quienes destaca García Cabeza de
Vaca como secretario de la Comisión de Energía en el Senado, a quien también
acusa de “extorsionarlo y presionarlo”.
Nadie está seguro de que la acusación de
corrupción, proclamada por Lozoya Austin, llegue a ser concretada. En realidad,
basta con desenmascarar la hipocresía panista, que siempre fija su atención en
la paja en el ojo ajeno, pero nunca repara que en sus pestañas trae cargando un
tronco más grande que el de un ahuehuete. Pero la que no se la perdonarán es la
cuenta pendiente ante las autoridades estadounidenses.
El director de HSI en el Valle de Río
Grande –dependiente del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas–, Kevin W.
Benson, está integrando una carpeta de investigación en torno a la conducta de
García Cabeza de Vaca.
Hace algunos días corrió en México la
noticia de que el mandatario estaba siendo perseguido por agentes de la Drug
Enforcemment Administration, la famosa DEA, por supuestos lazos del político
albiceleste con el narcotráfico y la delincuencia organizada.
Bueno. Estamos en México. Y a veces
parece que este país no tuviera remedio.
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