Dr. Jorge A. Lera Mejía
En México de acuerdo
con cifras oficiales del IMSS, se habían perdido cerca de 1 millón 200 mil
empleos formales al cierre de junio de este año.
La disminución de
empleos formales al mes de junio por 83 mil 311 personas se suma a las caídas
de 344 mil 526 puestos de trabajo en mayo, 555 mil 247 en abril y 198 mil 033
entre el 13 y el 31 de marzo, lo que da un total de 1 millón 181 mil 117
empleos perdidos, según lo reportado por el IMSS, que presenta el principal
indicador de empleo formal en México.
En julio continuó la
perdida de plazas laborales del sector formal de la economía, registrándose 3
mil 907 plazas menos, mostrando que la curva se aminora gracias a que se inició
la reapertura gradual de las empresas y los centros comerciales. Se estima que
en lo que va de agosto, ya se tendrán números positivos pero bajos, por lo que
se requerirán al menos dos años (2022) para volver a las cifras de empleo
formal del cierre del año 2019.
El propio IMSS reportó
un total de 19.49 millones de afiliados al 30 de junio, en comparación con los
19.58 millones de finales de mayo. Apuntó que de ese total el 86.6% de los puestos
son permanentes y el 13.4% son eventuales.
El instituto indicó que,
hasta finales de junio, apenas rebasó el millón de patrones registrados al
llegar a 1,000,590 patrones. Cifra muy baja que muestra que nuestro país no se
distingue por ser de emprendedores.
Somos una región
productora principalmente de trabajadores informales, ya que por cada empleo
formal se producen al menos dos informales.
Asimismo, según datos
duros del INEGI, a dicho mes, se registraron más de 15 millones de trabajadores
(formales e informales) en paro técnico. Sin ingresos fijos. De dicha cifra, la
gran mayoría serán empleos perdidos al final de este año, por lo que la cifra
de desempleo abierto pasó del 3.5% a más de 5% de la Población Económicamente
Activa (PEA).
Los datos más recientes
del INEGI de acuerdo con la primera Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo
(ETOE) de fines de abril, consideraron los estragos en la actividad económica
por la pandemia que ocasionó la pérdida de 12.5 millones de
trabajos en México durante abril, por lo que la población ocupada en el
país bajó de 55.7 millones en marzo a 45.4 millones en abril. que se perdiera
más empleo informal que formal.
La ETOE confirma que en
abril se perdieron 2.1 millones de empleos formales versus 10.4 millones de
informales. Esto prueba que por cada empleo formal se pierden 5 informales de
acuerdo con los datos estimados por el INEGI.
Ahora bien, analizando
al interior del nuevo fenómeno de desempleo, se identifican los segmentos
mayormente afectados. Se observa que los sectores al interior del universo
laboral, el impacto mayor se dio entre la población joven y las mujeres. Por lo
que lamentablemente han sido de los sectores más afectados por la pandemia.
Se estima que el 70% de
los empleos perdidos, fueron empleos de jóvenes.
Lo anterior nos permite
hacer las siguientes precisiones: a) la caída en la fuerza laboral tuvo que ver
con el cierre de las cadenas de suministro; b) la caída en el turismo; c) el paro
de las actividades no esenciales en el país; y, por último, d) el confinamiento
de las familias hizo que se cayera el consumo interno, bajando la producción y
afectando al empleo.
El efecto en el empleo
por parte del coronavirus fue impactante hasta el mes de julio, gran parte de las
pérdidas de empleos es debido a que las medidas de apoyo por parte del gobierno
mexicano fueron insuficientes para las microempresas para poder preservar el
empleo.
Tomando en cuenta la
valiosa información arrojada por la innovadora primer encuesta ETOE del INEGI,
podemos concluir que al corte de abril:
a) La población
sub-ocupada pasó de 5.1 millones de personas en marzo a 11 millones en
abril, equivalente a una tasa de subocupación de 25.4%. Se traduce en un
incremento de 5.9 millones de personas subocupadas, esto es, 16.3 puntos
porcentuales más respecto a marzo.
b) Mientras que
la población desocupada, es decir, la que no tiene trabajo manifestando al
mismo tiempo que realizó acciones de búsqueda de empleo, en abril se estimó en
2.1 millones de personas, equivalente a 4.7% de la Población
Económicamente Activa (PEA). Una tasa superior en 1.7 puntos porcentuales
respecto al mes inmediato anterior y en 1.2 puntos porcentuales mayor a la de
abril del año pasado.
c) La población no
ocupada con disponibilidad para trabajar, pero sin buscar activamente un
empleo, pasó de 5.9 millones en marzo, a 20 millones de personas en abril, lo
que equivale a un incremento de 24.5 puntos porcentuales. De esta cantidad,
11.3 millones de personas dejaron de trabajar debido a la suspensión temporal
de su trabajo sin recibir pago, ocasionado por la cuarentena.
No obstante que al 16
de agosto el IMSS registra que los empleos formales subieron poco más de 50 mil
nuevos empleos (empleos recuperados con prestaciones laborales), algunos
expertos estiman el posible riesgo de una segunda oleada de desempleo. Fuente:
Revista Forbes. Viridiana Mendoza. 16/07/2020.
[...] La crisis por
coronavirus todavía no toca fondo en el país, pues la economía podría estar en
la antesala de una segunda ola de desempleo, advierten los pronósticos de
Banco Base.
Para el cierre del año,
el grupo financiero estima la destrucción de 1.86 millones de empleos
formales.
La segunda oleada sería
consecuencia de un efecto dominó por la severa caída en actividad económica.
Al principio vimos
mucha destrucción de empleo en las empresas que tuvieron un impacto
inmediato, pero en el tercer trimestre empezaremos a ver recortes en las
empresas que optaron por resistir y que no están notando una recuperación”,
dijo Gabriela Siller, directora de análisis del grupo financiero.
La destrucción de
plazas formales está relacionada con la caída económica esperada entre 9.5 al
12% al cierre del año.
Banco Base estima que
la inversión fija bruta podría cerrar el año con una baja de 45%, que tendría
repercusiones fuertes en la recuperación.
Incluso, los
pronósticos del banco apuntan a que el país podría reportar un crecimiento de
sólo 1% durante los próximos 10 años.
“La ola de desempleo
será generalizada por el efecto dominó de las industrias que se ven afectas la
caída en la actividad económica. Al principio eran los salarios bajos los que
se perdían, pero veremos que empiece a permear a trabajadores con mayor
poder adquisitivo”, consideró.
Gabriela Siller, señaló que la crisis y sobre todo la salida de capitales del
país podrían recrudecerse si México pierde el grado de inversión por parte de
dos calificadoras, un escenario poco probable, sin embargo, recordó en la
escala de Fitch, la calificación soberana se encuentra a sólo un nodo de perder
el grado de inversión.
FUTURO INCIERTO:
El prestigiado
periódico The Washington Post publicaba a fines de junio que:
El gobierno del
presidente Andrés Manuel López Obrador, se encamina hacia lo que podría ser un
sexenio perdido en términos económicos.
El mal arranque del
primer año de su administración en 2019, cuando el Producto Interno Bruto
(PIB) se contrajo 0.1% sin que hubiera una crisis global, y el choque
de la pandemia del coronavirus este año, resultarán en lo que no había
sucedido en los últimos 30 años (la época que el presidente llama
“neoliberal”): que la economía mexicana cayera dos años consecutivos.
Uno de los escenarios
más realistas, es el que presentó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos (OCDE) representado por José Ángel Gurría, quien anticipa que
será en forma de “W”: con subidas y caídas abruptas, pues sectores como el
turismo y las exportaciones serán afectados largamente; prevé también que los
flujos de remesas —otro ingreso importante para 1.8 millones de familias en
México— van a disminuir en el mediano plazo.
El peor escenario lo
dio BBVA México, con una contracción del PIB de 12% en 2020 y una
recuperación tan lenta que podría extenderse hasta 2025, incluso una vez
terminado el actual sexenio.
Arturo Herrera y el
exasesor económico de AMLO, Gerardo Esquivel —actual subgobernador de Banxico—,
han señalado que los bancos y los analistas internacionales están siendo
demasiado pesimistas con sus pronósticos.
En privado, los
expertos de las corredurías aseguran que el riesgo que significa el presidente
y algunos integrantes del gabinete para la inversión privada es demasiado alto
como para ser optimistas.
Además, el gobierno
mexicano es uno de los que menos estímulos económicos ha inyectado para aliviar
la crisis de empleo entre los países del G20. Se estiman insuficientes
apoyos no mayores al 1% del PIB. Cuando similares países en su economía han
dedicado entre el 8 hasta el 15% de sus PIB.
El peor escenario de
Banxico es una contracción de 8.8% en 2020 —lo que significaría la mayor caída
desde 1932— y una recuperación de 4.1% en 2021. Bajo esta perspectiva, la
gráfica de la recuperación económica tendría forma de “V” profunda: tras la
caída, el rebote no lograría compensar el año siguiente todo lo perdido.
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