· Represión policial violenta a manifestantes
· ¿Quién mató a Israel cuando reporteaba?
Por Francisco
Gómez Maza
¿Regresamos a la época del
diazordacismo-echeverrismo criminal, de la represión feroz como estilo priista
de gobernar, cuando la protesta era delito grave que era castigado sin cárcel,
sino a punta de balazos, muerte, dolor y llanto?
¿No hubo transformación?
La policía municipal de Cancún salió, la
tarde de este lunes 9 de noviembre, a las calles a reprimir con balas una
manifestación de ciudadanos, que exigían justicia y respeto a la vida de las
mujeres cancunenses, representadas por una víctima masacrada recientemente por
la sevicia criminal anónima.
En el municipio de Benito Juárez, donde
se encuentra uno de los balnearios más suntuosos y lujosos del mundo –Cancún-,
la policía municipal arremetió a balazos de grueso calibre contra los y las
manifestantes, que protestaban por los feminicidios y las desapariciones,
concretamente por el asesinato de una mujer joven; violentó además
inmisericordemente a periodistas que cubrían los acontecimientos, dejando
heridos a tres de ellos, e incluso violó los derechos humanos de observadores
de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Quintana Roo, que monitoreaban
la protesta.
Debemos creer que este ataque
inmisericorde contra la población no es el aviso del retorno de los brujos de
la represión a este país, que en lo pasado masacraron manifestaciones
populares, estudiantiles, de médicos, de ferrocarrileros, entre otros sectores,
que sufrieron en carne viva la acción asesina de policías y soldados. Cómo
olvidar, tan sólo, la masacre de Tlatelolco en 1968, para “proteger” la
realización de los Juegos Olímpicos, o la represión de Los Halcones, el Jueves
de Corpus de 1971.
Tales recuerdos, guardados en la caja
fuerte de la memoria, resurgieron el lunes, al ver las imágenes de la policía
atacando con furia y con armamento de grueso calibre a la manifestación
integrada principalmente por jóvenes.
Y todo el aparato represivo municipal
para apagar el reclamo de los manifestantes por el brutal asesinato de la
jovencita Bianca Alejandrina Lorenzana Alvarado, cuyo cuerpo descuartizado, fue
hallado envuelto en una bolsa de plástico.
Los manifestantes se dirigieron a las
instalaciones del Palacio Municipal de Benito Juárez y como nadie los atendió
comenzaron a causar destrozos que derivaron en la balacera.
Increíble. En pleno siglo XXI, quienes
vivimos la represión sangrienta del 68 y del 71, por mencionar los hechos más
emblemáticos de la sevicia de la dictadura de partido único, quedamos hechos
trizas al saber de la represión ejercida por la policía cancunense.
La presidenta municipal de Benito
Juárez, Mara Lezama Espinosa, y el
gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González, tienen que
responder ante el pueblo quintanarroense y México, ante la Comisión Estatal de
los Derechos Humanos y ante la Justicia, para aclarar su participación en la
represión, ejercida por la policía contra el pueblo cancunense. No basta el
deslinde que ya presentaron entre el lunes y este martes. No basta. Tienen que
probar que la policía actuó al margen de la institucionalidad y que no le
dieron luz verde para reprimir a la gente.
Además, castigar a los responsables del
ataque contra los manifestantes. Esta represión es un acto que no puede quedar
impune. No bastaría con despedir a quienes participaron en la represión. Tienen
que ser presentados ante el Ministerio Público para que éste logre que el juez
decida un castigo ejemplar. No es suficiente separar del cargo al jefe del
cuerpo policiaco.
Estos hechos criminales no pueden
dejarse pasar.
Los ciudadanos bien nacidos no pueden
permitir una vuelta al pasado de los halcones represores, asesinos; un retorno
al país de las balas y los toletes, al país de las cárceles repletas de jóvenes
calificados de subversivos, porque se manifestaban a favor de causas justas.
El reclamo a las autoridades de Quintana
Roo tiene que ser de todos los ciudadanos conscientes, que rechazan
sinceramente a los gobernantes intolerantes, represivos y que no se tientan el
alma para mandar o permitir que las fuerzas que deberían ser de seguridad sean
para reprimir a la población o que, en vez de combatir a los criminales,
persigan y maltraten a inocentes. Este estilo de gobernar tiene que haber
quedado ya en el basurero de la historia.
A DESFONDO: La Oficina en México de la
Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH)
condenó el asesinato del periodista Israel Vázquez Rangel, cometido en el
municipio de Salamanca, Guanajuato, el 9 de noviembre, mientras realizaba una
cobertura informativa.
Vázquez Rangel tenía 31 años y se
desempeñaba como reportero del periódico digital El Salmantino. De acuerdo con
la información recibida por la ONU-DH, fue atacado con arma de fuego, alrededor
de las 7:00 de la mañana en la colonia Villa Salamanca 400, mientras. El
reportero resultó herido y fue trasladado a un hospital, en donde
posteriormente falleció.
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