Por
Ollantay Itzamná
Para cada
nuevo gobierno de Estado es siempre un desafío y una oportunidad el conformar
un ejército de funcionarios públicos por designación y confianza que
posibiliten la materialización del programa de gobierno prometido en la campaña
electoral.
Los pueblos y sectores excluidos/golpeados de Bolivia, mediante su instrumento
político Movimiento Al Socialismo (MAS, que ganó las elecciones generales
pasadas con más del 55% de votos), tienen la ardua tarea de gobernar el país,
corrigiendo los errores burocráticos del gobierno de Evo Morales que abonó
terreno para la ejecución del Golpe de Estado, posteriores masacres indígenas,
y destrucción de la estabilidad socioeconómica del país.
El principal error que cometió el gobierno de Evo Morales fue rodearse y dejarse
endilgar por personas con una narrativa dulce/profesional que a su vez le
funcionaron como anillos aislantes de la cruda realidad sociopolítica del país.
Ese burocrático anillo gubernamental quizás tenía la buena intención de ayudar
al Proceso de Cambio, pero, en los hechos, no sólo alejaron al gobierno de
Morales de los movimientos sociales (con núcleo indocampesino rural), sino
también alejaron a la gestión del MAS de sus objetivos centrales: la
construcción del Estado Plurinacional, con autonomías territoriales, para el
Buen Vivir.
Inicialmente el MAS apostó, en alguna medida, hacer gobierno con actores
sociales no necesariamente profesionales o técnico. Con el pasar del tiempo, lo
profesional y lo técnico se impuso en la administración del MAS.
Es difícil construir Estado Plurinacional con técnicos o profesionales
mental/espiritualmente diseñados en y para operar Estad nación. Es difícil
construir Buen Vivir desde lo cotidiano y desde políticas públicas con
funcionarios diseñados en y para hacer posible el desarrollo suicida (esto
explica quizás el patinaje en el neoextractivismo del gobierno de Morales) y
bienestar individual.
Pero, muy a pesar de estos u otros límites de la gestión de los 14 años de
Morales, ni el anillo burocrático, ni el funcionariado público raso, estuvieron
dispuestos a hacerse/redimirse con una autocrítica… retomar el horizonte del
Buen Vivir…
Y, así cuando el terreno estuvo abonado… germinó el letal Golpe de Estado… Evo
Morales se quedó sin el anillo, ni su ejército de funcionarios públicos
designados… Tuvo que huir para salvar su vida… Pero las y los guardianes de la
Bolivia Digna y Plurinacional no pudieron huir, y fueron masacrados,
encarcelados, enjuiciados, humillados.
Personas
que abierta/públicamente hicieron frente al violento Golpe de Estado y al
paranoico gobierno de facto de Añez-Murillo. Entre ellos están algunos
exfuncionarios del gobierno de Morales, pero no todos.
Esta fidelidad al instrumento político y a su objetivo del Buen Vivir,
especialmente en tiempos adversos, es mediadamente sencillo de verificar.
¡Revisemos sus muros o cuentas en las redes sociales!
Se pudo revertir el Golpe de Estado y derrotar al gobierno de facto en las
redes sociodigitales, en las calles y en las urnas, gracias, en buena medida, a
la resistencia constante de guerreros radialistas y sociodigitales. Estos
guerreros digitales, sin proponérselos, se acrisolaron como auténticos
defensor@s del Proceso de Cambio.
Es completamente falso la “premisa moderna” de: “profesionales para la gestión
pública”. No. Los títulos académicos no acreditan la capacidad de sus
portadores para construir el Buen Vivir o el Estado Plurinacional. Los títulos,
en buena medida, garantizan la aspiración del desarrollo personal, Estado
nación… La modernidad y el Planeta languidecen por las contradicción de sus
profesionales unidimensionales…. Aunque siempre hay y habrá excepciones
espectaculares.
Por imperativo ético del Buen Vivir no pueden volver a ser funcionarios
públicos aquellos que durante el Golpe de Estado se escondieron, guardaron
silencio cómplice con los golpistas. Y de éstos son la gran mayoría de los ex
funcionarios del gobierno de Morales. Ellos son también moralmente
corresponsables de las masacres y vejación de nuestros hermanos y hermanas
indígenas durante el Golpe y el gobierno de facto.
El MAS, Luis Arce y David Choquehuanca, tiene alrededor de 3 millones de
bolivianos y bolivianos de dónde escoger a los nuevos funcionarios públicos de
confianza para esta nueva etapa.
No puede optar más por los mismos pusilánimes, timoratos, “bien portados” o
prudentes ya conocidos. De lo contrario, con los mismos actores obtendrá los
mismos o peores resultados. Y claro, no siempre la historia nos brindará otro
histórico 18 de octubre para corregir errores políticos que tienen aroma a
sangre indocampesina.
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