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proporcionadas por Análisis a Fondo
· Cienfuegos, sinónimo de desconfianza en AMLO
· Gertz Manero obligado a informar para aclarar
Por
Francisco Gómez Maza
Interrogantes,
dudas, perplejidad, muchas preguntas, ninguna certeza, quedan al ver al general
Salvador Cienfuegos librado del proceso penal en Nueva York, en donde, se
supone, hay pruebas contundentes de su presunta complicidad con cárteles del
narcotráfico, y libre como un pajarillo en México, situación que crea
desconfianza.
Indudablemente
que hay información oculta en los archivos personales del Presidente, en los de
Ebrard Cassaubon. En los de Barr, el fiscal estadounidense, en los de Donald
Trump. No puede ser de otra manera. Todo huele a conspiración, como dicen los
estadounidenses.
Y las
inquietudes se agudizan al contrastar la información otorgada por el presidente
Andrés Manuel López Obrador y el canciller Marcelo Ebrard Cassaubon, en el
sentido de que el acuerdo con la Casa Blanca implica que el militar será (¿o
sería?) investigado y juzgado por autoridades ministeriales y jueces mexicanos
en México. Pero nadie informa de nada.
Sin
embargo, el personaje está libre y puede moverse a su antojo, en una situación
muy confusa, ya que en México no hay, no se ha dicho que ya haya, una
investigación que lo incrimine en delito alguno y el Ministerio Público sólo
dispone de la carpeta de investigación de su homólogo neoyorquino.
O sea que
el ex secretario de la Defensa está libre de culpas; nadie lo acusa de nada, no
se sabe si realmente la Fiscalía General de la República lo está investigando,
o está recabando pruebas en base a las investigaciones y pruebas de las
autoridades estadounidenses. Nadie abre la boca para informar, para explicar. Y
ya tendrían que haberlo hecho.
El fiscal
Alejandro Gertz Manero está obligado a dar parte a la opinión pública del
proceso Cienfuegos. Muchos somos los que dudamos de que la información que se
ha dado en torno al tema esté completa. No aclara el fondo de los hechos.
Por qué
Estados Unidos respondió tan fácilmente a la queja del gobierno mexicano, en el
sentido de que ni siquiera le informó de que el general estaba siendo
investigado por la DEA y menos de que sería aprehendido por delitos
relacionados con el narcotráfico. Qué se dio o que no, a cambio.
Por qué
la autoridad judicial estadounidense retiró los cargos contra Cienfuegos, en
una acción contradictoria, inexplicable, para devolverlo a México a fin de que
fuera juzgado en México por las autoridades judiciales mexicanas.
¿Fue para
salvar los acuerdos en materia de aplicación de la justicia y la persecución de
la delincuencia organizada que han mantenido los gobiernos de México y Estados
Unidos? Lo sabrán López Obrador, Ebrard Cassaubon, Gertz Manero, Zaldívar. Pero
en los ciudadanos lopezobradoristas, morenistas, panistas, priistas,
perredistas, frenéticos, orgánicos se alimenta la desconfianza.
A
DESFONDO: Las teorías conspiratorias que
han permeado las redes sociales durante la pandemia van más allá de la idea de
que las señales 5G sean las que transmitan el virus, o que el COVID-19 sea un
engaño o que un billonario quiera implantarnos microchips, revela un estudio
elaborado por expertos de las Naciones Unidas. De acuerdo con el documento,
grupos terroristas, extremistas, supremacistas blancos, y hasta carteles
mexicanos, están utilizando las redes sociales para difundir su narrativa,
aumentar la polarización mundial y la desconfianza en los Gobiernos, y así
reclutar más adeptos para infundir más terror y odio, y ganar territorio para
sus actividades ilegales. Una oportunidad para los carteles en México: Un
tercer objetivo estratégico, según el estudio, es promover una imagen positiva
de organizaciones durante la pandemia, como un reemplazo viable de las
instituciones de salud y como un actor político responsable. En algunos casos,
los actores no estatales se han aprovechado de la frágil situación
socioeconómica debido a la crisis, que ha llevado a un aumento de los precios y
una reducción de la disponibilidad de alimentos. Algunos grupos criminales han
intentado desempeñar el papel de las instituciones gubernamentales y oficiales,
dentro de los territorios donde tienen una fuerte presencia, adoptando
estrictas medidas de salud, como encierros, o apoyando directamente a la
población con desinfectantes y alimentos. Sin embargo, el objetivo principal de
estos grupos no es proteger a la población local, sino proteger sus intereses
criminales, ya que les preocupa que una gran crisis de salud pueda provocar la
llegada y la participación de las fuerzas del orden o del ejército en las áreas
bajo el control del crimen organizado y, como resultado, poner en peligro sus
actividades ilegales. Estos "servicios" han sido ampliamente promocionados
a través de las redes sociales. El objetivo de estos grupos no es proteger a la
población local, sino proteger sus intereses criminales. Por ejemplo, en
México, los grupos delictivos han etiquetado las cajas de ayuda que han
distribuido con el nombre o logo de la organización y, posteriormente,
promovido sus acciones en las redes sociales y en las noticias. Este es el caso
del Cartel del Golfo que distribuyó paquetes de ayuda con alimentos y
desinfectantes en Tamaulipas, colocando en cada caja una calcomanía que
indica el nombre del cartel y de su líder. Una de las hijas de Joaquín Guzmán
Loera (El Chapo), líder histórica del Cartel de Sinaloa, también distribuyó
víveres con la imagen de su padre a los ciudadanos de Guadalajara, Jalisco,
revela el documento de la ONU
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