Imagen: El Financiero
· No tiene toda la responsabilidad la emergencia
sanitaria
· El hecho es que la economía cayó y expulsó a muchos
En memoria del inolvidable ingeniero
José Álvarez Icaza Manero, a diez años de su Pascua
Por Francisco Gómez Maza
A eso de las 9 mañana de este jueves, me
llegó la Minuta número 80 de la Reunión de la Junta de Gobierno del Banco de
México, que narra lo ocurrido en ese encuentro de autoridades monetarias y
hacendarias, así como pormenores del tortuoso camino seguido por la actividad
económica en México, a la par del desastre causado por la pandemia del
coronavirus.
Y me queda la duda: ¿La crisis económica
fue ocasionada por el paro sanitario, o ya era hora de que estallara lo que
venía deteriorándose a pasos agigantados desde aquel 2008, cuando estalló la
gran crisis inmobiliaria, que afectó fuertemente a la economía de Estados
Unidos, se llevó entre las patas a la economía mexicana y multiplicó
exponencialmente la pobreza. Los responsables de esa crisis fueron los apetitos
insaciables de dinero de los banqueros estadounidenses.
Es posible que la causa de la recesión
que nos lacera no haya sido el coronavirus; tampoco el dolor de la enfermedad y
la muerte. El hecho es que la economía falló, cayó, expulso a muchos de los puestos
de trabajo e hizo evidente el fracaso del capitalismo para optimizar la demanda
interna, que es el mecanismo para incrementar el capital, pero todo lo que baja
vuelve a subir, todo lo que cae puede volver a levantarse.
Y esta actividad de la economía, de la
que depende la vida, afortunadamente, aunque con lentitud, está levantándose.
Lentamente, muy lentamente, y aún en medio de la invasión del coronavirus,
empezamos a ver una luz al final del túnel.
La minuta del banco central, leyéndola
con ojos críticos, porque no puedo olvidar que, si antes de la pandemia, había
en este solar, digamos que unos 70 millones de pobres, y creo que pobres
paupérrimos, no deja de ser optimista, aunque prudente.
Los dirigentes del Banco Central,
apuntalados por el secretario de Hacienda, Arturo Herrera Gutiérrez, se acoge a
la estimación “oportuna” del PIB publicada por el INEGI. Este organismo
autónomo del gobierno, concluye que la actividad económica registró una
recuperación en el tercer trimestre.
Este comportamiento fue impulsado por
una relativamente vigorosa recuperación de la demanda externa, desde finales
del trimestre previo, y una reactivación de la demanda interna, asociada al
relajamiento de las medidas implementadas por la contingencia desde finales de
mayo, que ha sido más moderada que la de la externa.
Con relación a la demanda externa, o sea
el intercambio comercial de México con países extranjeros, seguí leyendo la
Minuta del banco central, luego de que el comercio exterior de bienes
resintiera fuertemente los efectos de la pandemia, entre marzo y mayo (por el
confinamiento y la contracción de la demanda), a partir de junio las ventas
mexicanas, o sea las exportaciones, comenzaron a recuperarse. Pero dicha
recuperación del comercio exterior provino tanto del dinamismo de las
exportaciones automotrices, como del resto de las exportaciones manufactureras,
particularmente las dirigidas a Estados Unidos.
Luego leo que el consumo privado siguió
recuperándose moderadamente, si bien aún se ubica por debajo de los niveles
reportados en febrero y presentó una desaceleración en el margen. Esta
recuperación es reflejo de aumentos tanto en el consumo de bienes, como en el
de servicios.
Las ventas de la ANTAD (Asociación
Nacional de Tiendas y Almacenes Departamentales) alcanzaron, en septiembre,
registros similares a los observados antes de la emergencia sanitaria, en tanto
que las ventas de vehículos ligeros también exhibieron un crecimiento
significativo en el periodo julio – octubre.
Por su parte, en julio y agosto, la
inversión fija bruta (inversión en bienes de capital como maquinaria y equipo,
edificaciones, terrenos entre otros, que sirven para fabricar bienes de consumo u otros bienes de capital) también continuó recuperándose.
Por el lado de la producción, a lo largo
del tercer trimestre, leo que las actividades secundarias (materias primas)
revirtieron parcialmente la fuerte contracción observada en el segundo, si bien
con cierta pérdida de dinamismo en septiembre. En particular, las manufacturas
hilaron cuatro meses consecutivos de recuperación, mostrando cierta aceleración
en el margen, al tiempo que persistió la atonía en la minería.
Y podemos seguir reseñando esta
historia, cuya extensión es de unas 24 páginas, pero voy a hacer una pausa en
honor de usted, que no tiene tiempo de leer por sus múltiples y productivas
actividades.
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