Por Armando GarcíaEditor y Fundador de Nuestra América Magazine
El mundo tiene ante sus ojos una pandemia.
El diccionario de la Real Academia Española define pandemia como una enfermedad epidémica que se extiende a muchos
países o que ataca a casi todos los individuos de una localidad
o región. Y eso es lo que
realmente está pasando con el llamado Covid-19 más conocido popularmente
como Coronavirus.
Cada brote de enfermedad es preocupante,
pero el coronavirus, podría ser especialmente mortal. Esto no se debe a la
composición genética o al período de incubación del virus. Es porque el público
en general ha perdido la confianza en la comunidad médica. Esta tendencia ha
sido especialmente aguda entre varios grupos religiosos, las comunidades
afectadas por el virus, grupos sociales y demográficos.
Como que pareciera que tanto al gobierno y
la industria farmacéutica estuviera jugando con la salud humana, todo a nombre
de ganar ganancias escudándose en tener conferencias y reuniones pasando horas
hablando sobre el tema, mientras muchos padecen del problema.
Esa falta de confianza en la comunidad
médica prepara el escenario para un brote de enfermedad nacional que puede ser
más generalizado y mortal si las personas esperan demasiado para ir al hospital
después de notar los síntomas del coronavirus, ya sea porque no confían en el
medicamento en sí mismo, o no confiar en que serán tratados de manera
equitativa o con dignidad, o por tener dificultades financieras.
Pero otro posible acelerador es la
información errónea de las autoridades médicas y los líderes políticos,
incluido un presidente que describió por primera vez el tratamiento del virus
por parte de los demócratas como una amenaza seria para ser un
"engaño".
También, si notan algo muy interesante, solamente
nos enteramos en las noticias sobre cuántos están infectados y cuántos han
fallecido. Pero nada sobre cuántos se han curado.
Los medios de información parece que son
los que sensacionalmente, para vender mejores espacios, para tener mejores índices
de audiencia, han alarmado más a la población. Todo eso debido a que según la Organización
Mundial de Salud, la expansión e impacto del coronavirus es una amenaza real de
pandemia, pero si todos, es decir, los
medios de comunicación, gobiernos, sistemas de salud, público en general, nos dedicáramos
más a promover más como la pandemia se puede controlar cumpliendo estrictamente
los protocolos adecuados de prevención y seguimiento epidemiológico. Sin llegar
al amarillismo o sensacionalismo que causa alerta que causa pánico que puede
llegar a niveles incontrolables.
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