Análisis
a Fondo:
Vital,
contra el coronavirus
Pero
no la tienen millones
Por
Francisco Gómez Maza
Los
médicos de la Secretaría de Salud, encargados de controlar la pandemia del
coronavirus, nos recomiendan lavarnos las manos, con jabón que haga harta
espuma, cuantas veces sea necesario o innecesario, para matar el bicho asesino.
Es
importantísimo lavarse y lavarse las manos. Cuando uno anduvo de andariego en
la calle tocó muchas cosas que pudieran estar hospedando al coronavirus: la
mano de otra persona, el asiento del autobús urbano, el del metro, el del
metrobús, el de cualquier transporte público, o una mesa de restaurante. La
ropa, los zapatos, entre otros. Todo puede ser alojamiento del virus.
Es
por eso que debemos lavarnos, por lo menos las manos, y desinfectar las llaves,
las cerraduras, todo lo que esté a la vista y es tocado por nuestras manos. El
agua de jabón con harta espuma, o el gel antibacterial es mortal para el
coronavirus.
Quienes
tenemos la fortuna de disponer de suficiente agua no tenemos ningún problema,
Muchos inclusive nos damos el lujo de desperdiciar muchos litros de agua,
cuando nos bañamos o cuando nos lavamos las manos,
Es
importante tomar mucha agua. Como camellos.
¿Y
los que no conocen el agua?
Pero.
¿Y los millones de personas que no disponen de agua en casa? ¿Tendrán que
conformarse con que el virus los infecte?
En
México, casi 25 millones de personas carecen de acceso a los servicios básicos
de vivienda, como la disponibilidad de agua, por lo que les resulta
imposible seguir las recomendaciones de higiene para evitar contagios por
el COVID-19. Son 25 millones de candidatos a ser infectados y a ser
víctimas fatales de la pandemia. Los rezagos en la sustitución de redes,
desaprovechamiento del agua pluvial, falta de reparación de fugas y
sobreexplotación de mantos acuíferos son parte de los motivos por los que el
agua escasea en la Ciudad de México, y esto ocurre igual en todo el país, en
los 32 estados de la federación mexicana
En
México sobreviven millones de personas sin agua. El problema del desabasto
se presenta en todo el país. En el ámbito nacional se estima que hay entre 12.5
y 15 millones de habitantes en esta situación; es decir, el 10 por ciento de la
población en México no tiene acceso al agua, de acuerdo con fuentes de la UNAM.
Además, el 30 por ciento de la población no cuenta con la cantidad ni calidad
suficiente. El consumo promedio de una persona es de 322 litros al día y se
pierde el 40 por ciento de agua en fugas.
Agréguele
que casi 47 millones de mexicanos trabajan en la vía pública. Ahí ganan algo de
dinerito para comer ellos y su familia. Y ahí también anda rondándolos en
coronavirus.
Este
es el panorama desalentador que miran millones de mexicanos. Se salvarían de la
infección sólo por milagro divino. Porque el agua, ni la conocen. O la que
conocen está sucia, lodosa, cochina, llena de bichos.
De
ribete, otra epidemia nos amenaza con saña: el sarampión que creía todo el
mundo que estaba ya desaparecido.
La
Dirección General de Epidemiología de la Secretaría de Salud del gobierno
federal identificó, para este sábado 21 de marzo ,46 personas afectadas,
mientras que el jueves 19 había 25. Es decir, en dos días se sumaron 21 casos.
Según
la información oficial, al menos cuatro nuevos casos se presentaron en la
alcaldía Miguel Hidalgo; una de las personas afectadas, una mujer de 17 años,
no presentaba cuadro completo de vacunación. Las demarcaciones donde se han
presentado casos son Gustavo A. Madero, Coyoacán, Álvaro Obregón, Xochimilco,
Benito Juárez, y Miguel Hidalgo; la mayoría sin esquema de vacunación.
Pobre
México. Pobre mundo.
Por
supuesto que la Secretaría de Salud del gobierno de la ciudad (Sedesa) lo
niega.
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