Por Armando García
Editor y Fundador de Nuestra América
Magazine
Los votantes del Super Martes dejaron en claro que creen que Biden es el que puede derrotar a Trump y no Bernie Sanders, que solamente consiguió ganar no más de cuatro estados a lo que Biden ganó en nueve.
Ahora viene la prueba de fuego, ver si realmente
el Partido Demócrata, hará caso a sus delegados para nominar a Sanders o Biden.
Si escogen a Biden, considero que habrá una
traición a las esperanzas de miles de jóvenes y de integrantes de las minorías,
que dedicaron tiempo y esfuerzo para que Sanders arrasará los estados de Iowa,
New Hampshire, Nevada, Vermont, California y otros, para lograr transformar,
desde raíz, las estructuras políticas de esta nación.
Sanders es y será una amenaza a los
intereses tanto de demócratas como republicanos que desean mantener el estatus
quo de un sistema político y social, ya no aceptable para la mayoría de la población
en este país.
Biden, aunque sea demócrata y quizá pudiera
ser mejor presidente que Trump, no lo veo como un reformador o transformador de
las estructuras de este país. Es una persona ya acostumbrada a las normas establecidas
en Washington y ha sabido moverse dentro de la telaraña del sistema político de
la nación.
Lo que hay que reconocerle, es que supo
utilizar una táctica de persuasión no muy radical, para convencer a los votantes
afroamericanos y blancos, que lo apoyaran para ser el candidato demócrata para
la presidencia.
Contrario a Sanders que, trae detrás, a las
grandes minorías y a los latinos. Una fuerza que no debe ser ignorada para que
contribuya a mejorar a esta nación, que realmente tanto lo necesita.
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