MonólogoEscrito por Xavier Araiza
Entra la loca vestida con elegancia pasada
de moda, en su cabeza un sombrero de hombre tipo gángster. Se le ve desaliñada.
Arrastra una grande y maltratada maleta. Lleva un bolso personal, un paraguas
nuevo. Como si fuera directora de escena detallista, profesional, inspecciona y
ajusta la ubicación del mobiliario y la utilería: un taburete, dos sillas, un
pedestal de mediana altura, una mesa pequeña, un espejo de cuerpo entero,
cenicero, un muñeco con rasgos de Sigmund Freud, un cofrecito con el tarot de
Marsella, bolsa de maquillaje. De la maleta saca un torso de maniquí femenino,
herido, manchado de sangre, recién curado con gasas y vendajes. Lo coloca en el
pedestal frente al público. Ella se sienta a un lado simétricamente.
LA LOCA.- Mira nadamás como te dejaron
mujer: como res en el rastro. Los carniceros bien que te metieron el cuchillo y
los cretinos lo hicieron para que su alegría tu miedo su sadismo tu agonía y tu
terror no acabaran pronto. Como los carniceros de los campos de concentración
hitlerianos. (pausa. Se maquilla mal, obsesivamente) ¿Por dónde empezaron los
carniceros, por los dedos de los pies o de las manos? Seguramente poco a poco
te fueron sometiendo sometiendo sometiendo domesticando domesticando
domesticando domesticando hasta convertirte en femenina bestia en cautiverio,
mujer para el matadero...(pausa) Lo malo maltratado malísimo de todo esto, lo
inconveniente de todo esto, lo inaceptable de todo esto, lo trágico de todo
esto es que ya estás en la lista negra inacabable de las muertas de Juárez ni
una más ni una más ni una más ni una más...en la lista de ejecutadas por el
macho celoso talibán, en la lista de brujas quemadas por la inquisición, en la
lista de indígenas y prostitutas violada por los ejércitos de la noche ¿leíste
esas noticias? ¡Qué vas a leer! ¡Ya nada te importa! (Pausa. Va al espejo de
cuerpo entero. Se retoca el maquillaje)... lo malo malamente maltratado
malísimo de todo esto es que tú eres mi espejo mi otro yo mi alter ego...
(pausa. Toca con delicadeza las gasas de las heridas del maniquí. Lo mima, lo
acaricia, le habla maternalmente) Te dejaron muy mal. Mutilaron tus pezones.
Tus senos ya no son lo que eran: bellos firmes altivos llamativos turgentes
¡mira nada más como están de dolientes!... (Va al espejo de cuerpo entero; se
mima y acaricia). Las miradas los seguían eran realmente prodigiosos
deslumbrantes como tus piernas y tu cintura y tus manos finas largas como de
pianista. El rostro se parecía a Marlene Dietrich o el de Merlene Dietrich se
parecía a tu rostro. Es igual (al maniquí) En verdad eras hermosa y no porque
tú narcisistamente lo dijeras: todo mundo lo decía (pausa). Ya no correrás como
todos los días tempranito muy tempranito a las seis de la mañana tampoco iras
al gimnasio un poco más tarde diez de la mañana-querías mantenerte esbelta
ligera...ya no bailarás (baila) aquella danza que tanto te gustaba bailar
frente al espejo de cuerpo entero en tu recámara solitaria cada vez que te
sentías sola con tu soledad sombría...de maníacadepresiva así te diagnosticó el
psico-psico-psico-analista (en tu soledad sombría-etapa de hundimiento
marino-porque tenías etapas de elevamiento airado-cósmico). Eras
prolongadamente-mente-mente-mente-mente-mente silenciosa yo diría que muy
apagada muy muy alejada...muda yo diría... ¿Y cómo te vestirás y como te
maquillarás?-tan atractiva te veías con tus labios rojos sensuales y tus cejas
depiladas a la María Félix-pero sobre todo como te alimentarás y cumplirás con
tus necesidades fisiológicas-púdicas-secretas (silencio) Para ti se acabaron
los coqueteos-las aventuras amorosas porque ¿cómo vas a seducir acariciar el
cuerpo y el espíritu de tu amante? ¿Y cómo el amante te acariciará-te
excitará-encontrará tu punto G-cómo te llevara a eso que llaman orgasmo-te
llevará al séptimo cielo... que para fortuna tuya y mía en el cielo número 7 no
hay Dios vigilando las alcobas... ¿Cómo llegarán al éxtasis del erotismo-del
sexo-del amor?... Debe ser una locura hacer el sexo con un tronco-con un cuerpo
mutilado-tendría que ser un aventajado discípulo del Marqués de Sade...o un
pervertido necrofílico (silencio) ¡Miserables perversos! Mira nadamás como te
dejaron. Yo no quiero imaginar tus deseos-tu imaginación-tus ideas-tus
emociones-tus fantasías atrapadas en ese cuerpo tan carente de miembros... Un
tronco... Un tronco de árbol sin vida abandonado ahí en el desierto... Tronco
común y corriente eso eres ya (pausa) ¿Entonces para que te sirve la
existencia? En tu lugar yo me convertiría en Alfonsina, me iría caminando-flotando
mar adentro hasta desaparecer como los del Titánic, o me tiraría de cabeza a
las ruedas de un tren o procuraría estar en el último piso de un rascacielos
(¿los cielos reirán?) en el instante mismo en que se estrella el avión del
terror en las dos torres gemelas ...tal vez una pistola...la horca no, tirarse
de un puente tampoco, Ántrax no-gas mostaza tampoco-la técnica del bonzo menos,
el harakiri mishimiano me da pavor... (se dirige al público, en tono neutro)
pobres los ciudadanos de las Torres Gemelas de Nueva York y los ciudadanos de
Hiroshima y los judíos de los trenes y hornos crematorios y los de Vietnam y
los de Chile y los de Irak...Ellos no querían morir y los desapareció el terror
de los talibanes fanáticos de la bomba atómica del Napalm de Hitler de Pinochet
y de los misiles Tomahauk (pausa). No-no-no...hay que andarse con cuidado con
esas cosas ser prudentes razonables no permitir el asalto a la razón que buen
título del ensayo del filósofo húngaro Luckacs, ¿te acuerdas que lo leíste tres
días y tres noches subrayándolo subrayándolo subrayándolo subrayándolo hasta
que lo terminaste y entendiste que el asalto a la razón tiene sus riesgos-sus
peligros mortales? Lo leíste en tus años de universidad después de la primera
cita con el psico-psico-psico-psicoanalista... (busca en su bolso un pequeño
frasco y un bote agua. Traga un par de pastillas)... ¿Te acuerdas de la canción
que cantaste sin parar durante cuatro horas aquella noche del viaje suicida?
¿Cómo va la letra? (trata de recordar tarareándola. Canta) No vale nada la vida
la vida no... ¿Te la canto? ¿A capela? ¿Sí? (canta) " No vale nada la
vida/ la vida no vale nada/ comienza siempre llorando/ y así llorando se acaba/
por eso es que en este mundo/ la vida no vale nada/ Aquí se apuesta la vida/ y
se respeta a la que gana/ por eso es que en este mundo/ la vida no vale nada...
¿Te acuerdas? ¿La cantamos las dos? ¡Ándale anímate! -la música alegra el
corazón. Tú haces primera voz- yo segunda voz (empieza la canción otra vez.
Silencio) ¿Por qué no cantas? ¿También te mutilaron la voz los cretinos del
rastro? (silencio prolongado. Se observa detenidamente en el espejo.) ¡Entonces
de qué sirvió que te graduaras con altos honores en la escuela superior de
relaciones internacionales si el matrimonio te convirtió en otra, en una mujer
bella e inteligente pero incapaz de relacionarte contigo misma! ¿De qué te
sirvió el glamour que en un tiempo de arrogancia fingida te creyeras la reina
de las fiestas?... Si en el fondo de ti misma te sentías la sirvienta recluida
en el aposento de las criadas (va al espejo) Mira nada más cómo me dejaron
hecha un asco una cosa infamante deshilachada ¡Eso eres – soy la mujer
deshilachada! ¡Ah! Y si sigues permitiendo que te vean que te imaginen que te
traten como objeto como cosa desechable vas a terminar cautiva en el infierno
de la casa... de la cosa... (pausa) o en el manicomio de las locas ya estuviste
una vez ¿Te acuerdas? y allí recluida vigilada empastillada abandonada excluida
negada drogada violada quién te va a querer, quién te va a desear quién dirá
que es tu padre quién dirá que es tu hermano quién dirá que es tu novio quién
dirá que es tu esposo quién dirá que es tu hijo quién dirá que es tu amante
quién dirá que es tu viudo quién dirá quién dirá quién dirá quién dirá quien
dirá quién dirá quién dirá (pausa) Yo la conozco yo la quiero yo la amo y no es
justo no es justo no es justo no es justo no es justo no es justo no es justo
(entra en crisis. Toma otro par de pastillas. Enciende un cigarro y pasa
radicalmente del desasosiego a la calma).
Siempre fuiste débil, obediente, nunca te
rebelaste nunca te rebelaste nunca te rebelaste nunca nunca nunca ¡nunca
jamás!: ¡Para empezar contra tu madre la esclava del padre-el tirano! Nunca te
rebelaste contra tu hermano educado a imagen y semejanza del padre, nunca te
rebelaste contra el primer novio y los que siguieron siguieron siguieron como
si nada que te trataban como niña ingenua como niña tonta te vigilaban como
policías de la moral como carceleros del amor, nunca te rebelaste contra tu
esposo que te trataba como máquina sexual programada para su placer y para
reproducir la especie, ¡como gerenta general del hogar donde él era el dueño el
patrón! (silencio prolongado) Esa noche de luna llena de fuga de ¡Basta, hasta
aquí! de tentación suicida pisaste el acelerador-180 kilómetros por hora.
Escuchabas la canción una y otra vez a todo volumen y cundo te ensordecías la
cantabas más bien la gritabas y sentías que con ese ritual de canto y música y
alaridos de loba herida demenciales donde se confundía la voz de José Alfredo y
la tuya se exorcizaba la voluntad y la idea fija de suicidarte a doscientos
kilómetros por hora en una curva donde imaginabas que perderías la línea de la
carretera y la meta a donde pretendías llegar no la alcanzarías jamás. Nunca
supe por qué te fascinaba el cientochenta y no el doscientos o el
doscientosveinte. Eso sí el miedo te ganaba porque nunca aceleraste más allá de
cientochenta kilómetros por hora. Tu coche color azul casi volaba en las cunetas
de la carretera-en una curva prolongada y peligrosa casi te estrellas de frente
con un camión-pipa de Pemex. El conductor muy diestro en la manejada y la
suerte evitaron la tragedia. ¿Te acuerdas? Esa vez estuviste a un
milíiiiiiiiiiiiimetro de cruzar el otro lado de la frontera del que no se
regresa nunca (pausa. Al público) Porque ese lado de la frontera es La Nada.
(Otra vez al espejo) Sucedió aquella noche de Enero-hacía mucho frío-dos grado
bajo cero cuando decidiste por fin romper el lazo de tu falso absurdo arruinado
matrimonio que te ataba como soga al cuello a tu marido talibán occidental...
Te acusó el persignado rezador de santos y vírgenes de
irresponsable-inmoral-loca (pausa) Porque decidiste abortar cuando el médico te
diagnosticó embarazo de altísimo riesgo que podías morir en el parto. Nunca
entendió tus razones, tu angustia, el miedo que le tenías a la maternidad-no
querías repetir el tiempo las escenas y las imágenes de la infancia cuando
jugabas a ser mamá con aquella triste muñequita... Tu familia te asaltó la
razón y se te vino encima como lápida de cementerio... Tu padre te maldijo una
frase terrible que todavía recuerdo: "¡Solamente las putas asesinan al
hijo de su vientre!"... Tu madre te dio una violenta cachetada (la recuerdo
y me duele en la mejilla y en el alma) mientras gritaba con la cara
desencajada: "¡Perdida, malagradecida! ¡¿Eso es lo que te enseñé?! ¡Tú
para mí ya no existes, prefiero imaginar que estás muerta! ¡Qué Dios se apiade
de ti! (pausa) Nunca te recuperaste del aborto, de la maldición del padre y el
deseo de tu madre de verte muerta (pausa). Desde ahí se rompió el hilo de tu
papalote existencial y empezaste a caer a caer a caer a caer a caer a caer a
caer... y no tocaste fondo-todavía no tocas fondo. (Va al espejo y da un toque
obsesivo, furioso, a su maquillaje. Fuma furiosamente). Nunca te rebelaste...
¿Dónde estabas tú? ¿En qué rincón de ti misma te escondías cuando te buscabas
en el espejo y no te encontrabas? Siempre eras la otra: tu madre, Santa
Teresita de Jesús... ¿Te acuerdas de santa teresita?- aquella religiosa que
soñabas tantas noches cuando tenías trece años poco después que te vino la
primera menstruación te asustaste infinitamente creíste que ibas a morir...
aquella Teresita de Jesús que te acompañaba por los burdeles y los lugares
nocturnales del vicio de una ciudad extraña y pecaminosa (y no era Sodoma ni
Gomorra) donde se hablaban todos los idiomas (y no era la torre de Babel)
francés, alemán, inglés, ruso, chino, árabe, japonés... pero nunca en tu lengua
con tus palabras (coloquial) fíjate bien estoy hablando de Santa Teresita de
Jesús, no de la Madre Teresa de Calcuta, la ancianita que se retrató con Karol
Woitila, el polaco del Vaticano muy amigo del Marcial Maciel ese de las
legiones cristianas acusado de pederastia, criminal drogadicto y corruptor de
incautos… hablo del Papa aquel ya difunto herido de muerte aquel año que
perfeccionabas la lengua italiana en Florencia, herido de muerte por el asesino
aquel de Turquía... Tuvo suerte Pablito no perdió la vida y qué bueno nadie
debe morir así. No: esa Teresa es otra muy amiga de Lady Di, otra mujer
descuartizada, muy elegante y guapa ella ex esposa del príncipe junior Carlos
por lo tanto de la realeza británica, pero al final deshilachada, descuartizada
por la moral hipócrita el poder de la corona y los paparazzi y el
sensacionalismo de los periódicos y las revistas. Mutilada desde mucho antes
del accidente automovilístico aquel de París en que viajaba con su amor con su
amante libanés. (Pausa. Enciende otro cigarro) ¡Pobre Lady Di! Le sucedió lo
que a tantas mujeres de todas las clases sociales de esto pocas escapan (Al
público enumera como en una letanía)... lo mismo les sucede a campesinas
obreras empleadas secretarias profesionistas empresarias millonarias
periodistas aristócratas intelectuales actrices niñas adolescentes vírgenes
novias señoritas solteras esposas prostitutas madres solteras madres casadas
divorciadas amantes viudas... le sucedió lo que a ti, lo que a mí que soy una
de tantas (pausa prolongada) Pero eso no es todo: hay otra madre: la madre de
todas las infames batallas, la madre de Dios, la Virgen Santa ¡Que absurdo y
complicado es eso! ¿Cómo una madre puede ser Virgen cómo una Virgen puede ser
madre? ¡Y no me importa lo que digan las sagradas escrituras las iglesias
cristianas y el Papa! Ya no creo en nada ¡Se acabó el pecado, se acabó el
perdón, se acabó la culpa! ¡Viva la vida! Como dicen los franceses: ¡La liberté
u la mort! (va a el espejo. Se toca el rostro, el cuerpo. Al público) ¿Dónde
estaban Dios y sus creyentes cuando empezó la carnicería el destazadero de su
cuerpo? ¿Alguno de los santos varones demócratas bien portaditos de derecha
liberales de centro de izquierda anarquistas radicales lights nihilistas
apolíticos protestó cuando te cortaron el brazo derecho y tasajearon tus ideas?
¿Alguna de las mujeres impolutas temerosas de Dios dejaron el rezo la cacerola
el getho familiar la obediencia y la corrección para detener a los rastreros
del rastro? ¿Dejaron la competencia entre ellas las revistas de moda los talk
shows el mundo de las telenovelas las compras obsesivas del supermercado el
narcisismo mental el culteranismo la computadora el feisbuk el twiter
(pausa)... para gritar en este mundo ¡Basta, Basta, Basta, Basta, Basta, Basta!
. Pensaron acaso: lo que hacen con ella me lo hacen a mí a las hijas a las
hermanas a las madres a las amigas... ¿Quién de las damas ha mirado de frente
al carnicero y le ha dicho que el cuchillo simbólico que orina y le hace
sentirse macho todopoderoso dueño de las mujeres lo puede perder en cualquier
esquina se lo pueden amputar en cualquier momento? ¿Se indignaron
hilarantemente mente mente mente mente mente mente? ...
(Mientras repite "mente" va al
espejo, se retoca el maquillaje. Pensativa recorre el espacio) Y dónde estaba
la razón de la mente demente cuando los pensamientos de la moral y del miedo me
apresaban y decían ¡no no no no no no no no no no no no..! en el instante mismo
en que (se acaricia el cuerpo voluptuosamente, hasta llegar a un intento de
masturbación) la pasión del corazón el deseo en el cuerpo el erotismo
desencadenado la explosión sexual todo mi cuerpo en éxtasis gritaba ¡sí sí sí
sí sí sí sí sí sí sí sí sí..! (risa histérica. Pausa) ¿Dónde estaba la razón
asaltada de la mente demente cuando yo quería romper las cadenas que me
encadenaban con candados en número de setenta veces siete (otros muy distintos
a los cien candados de la puerta negra) desde que yo era niña aún sin saber que
me llamaba como me llamo, niña de pañal de chupón biberón niña sin memoria?
(silencio) ¿Y de qué sirve el nombre cuando el yo siempre anda de viaje de
contrabando en el clandestinaje y el cuerpo lo sientes como una casa ajena
extraña y deshabitada? (pausa. Ve de frente al maniquí) Tu mutilación mi mutilación
empezó cuando nacimos. A nosotras no nos esperaban. Como ni tú ni yo nacimos
con falo-pene nacimos con desventaja (pausa. Se dirige al público)) En el
mercado de valores del reino de los machos y los patriarcas la rajita entre las
piernas y la cosita que cuelga no tienen la misma importancia, la rajita es el
hoyo negro de la mujer cosificada la cosita que cuelga es el símbolo de su
poder su identidad más profunda...eso lo aprendí leyendo el ensayo sobre los
sexos de la gran Simona de Beauvoir la existencialista, la novia de Juan Pablo
el filósofo que escribió La Náusea Los caminos de la libertad el Ser y la Nada
(pausa) Esperaban al primogénito, al varón, a Caín, el asesino de su hermano,
hijo del linaje de Adán el obediente el perfecto el único primogénito de
primogénitos hecho a imagen y semejanza del padre eterno el desmadrado porque
ahí no hubo ni erotismo ni amor ni coito ni sexo ni óvulo ni espermatozoide ni
embrión ni feto ni parto de por medio ¡Amén! (pausa. Enciende otro cigarro) Eva
la que tampoco tuvo madre fue la primera rebelde la primera mujer subversiva de
la historia. Ella no le hizo caso a la prohibición del eterno, a la ley y los
reglamentos del paraíso... ella se comió la manzana (al público) Eva la grande
la magnífica la subversiva revolucionaria verdadera madre de todas nosotras (a
los hombres) y de ustedes también... Eva pensó y decidió por sí misma (vuelve
con el maniquí) ¿Te das cuenta por qué a las mujeres nos adiestran para imitar
a la virgen María? Eva la mala mujer la pecadora... ¡La puta! La virgen María
madre buena la perfecta... ¡La santa! (pausa. Va otra vez al espejo. Retoque
obsesivo al maquillaje. Se dirige a un muñequito extraño, en segundo plano,
sentado desde el principio en una silla, iluminado con luz cenital) ¿Y usted
doctor Freud, qué hace allí tan calladito? ¿Ya le encontró cura a nuestra
desgracia? ¿Cuál es mi futuro viviendo con esta mujer mutilada? ¿Durará mucho
tiempo? ¿Su psico-psico-psico-psicoanálisis puede regresar el tiempo para vivir
otra vida elegir otros padres otro hermano otros novios otro marido otra moral
y otra religión menos castigadora-menos déspota? ¿Será posible elegir otra vez
mi sexo? Mujer no: ya ve las consecuencias; hombre tampoco: ya ve cómo se
comportan. Ni primer ni segundo sexo ni tercer sexo ¿Será posible un cuarto
sexo un quinto sexo-podemos inventar una gama-un arcoiris de sexos? ¿Qué
hacemos doctor Freud? Yo estoy angustiada usted está paralizado... ¿y si
intercambiamos papales y si invertimos los roles doctor Freud? Vamos a ver, vamos
a ver, vamos a ver (acuesta el muñeco con la carita de Freud en un diván de
juguete). Se relaja usted en su diván y me va a contar lo que usted quiera.
Hable, no se quede callado, dígame lo que tenga que decir, no reprima nada.
Ahora usted es el paciente y yo la analista-pero le advierto: soy impaciente he
perdido la paciencia y no estoy dispuesta a escuchar nimiedades sólo cuestiones
de mucha importancia de mucha urgencia-asuntos de razón o de sinrazón-de vida o
de muerte. Sé muy bien-usted me enseñó que las nimiedades ocultan-enmascaran
los traumas-los complejos, (Al público) pero ahora las nimiedades nos
desgraciarían la escena y éste pequeño teatro íntimo en el que soy
autora-directora-personaje-actriz-escenógrafa perdería su encanto poético su
esencia de espectáculo… De manera que si usted no padece graves conflictos
patológicos, doctor Freud esquizofrenia-neurosis maníaco depresiva-psicosis
paranoica-bipolaridad o algo así-aquí mismo suspendemos el tratamiento-nos
evitamos transferencias y contratransferencias ¡y se acabó! Usted a su
consultorio de Viena y yo a mi casa. Si no padece gran patología le sugiero que
consulte al ruso Pavlov, el de los reflejos condicionados ¡el del perrito!, o
al doctor Skinner- el de las conductas programadas, le sugiero que llame al
programa radiofónico de la Doctora corazón o que lea el best seller "Cómo
ser feliz superando sus miedos con siete segundos de optimismo". Con
nimiedades que se pueden curar con una aspirina, prozac o un poco de mariguana
el análisis no me interesa. Además me impacienta la totalidad del presente-el
ser que naufraga en el tiempo que se va como agua entre los dedos... ¡Qué hora
es! Las nueve de la noche... ¿Lo ve? ¿Ve pasar el tiempo como yo lo veo? Yo lo
detengo lo zarandeo lo tomo del cuello y le digo ¿adónde vas tiempo? ¿Por qué
no te quedas quieto? ¡Ah, la fatalidad, el destino, la Moira! Tenían razón los
griegos Aristotélicos. Apenas parpadea una y el tiempo llega y se va como
animal mitológico mitad humano-mitad bestia que se lo traga todo. El pasado se
borra poco a poco y el futuro no tiene perspectiva-todavía no llega pero
llegará muy pronto se instalará como un muro infranqueable caído del
cielo-construido por un Dios enloquecido que no tuvo su Segismundo Freud a mano
o de perdido a su Jung a su Adler a su Lacan o por lo menos a la señora
Melanina Klein para que desde chico lo hubiera metido en cintura si no con el
método psico-psico-psico-psicoanalítico que ella aplicaba con su estilo de gran
matrona, por lo menos con unas buenas nalgadas para que se le quitara a este
Dios lo malo lo travieso y lo perverso (otra vez el ritual obsesivo del
maquillaje frente al espejo) Usted sabe de lo que estoy hablando, don
Segismundo... sus discípulos nunca me entendieron. No tuvieron oídos lo
suficientemente sensibles para escuchar la angustia de otra arruinconada que
deseaba salir a la intemperie pero los otros le temían y le cerraban la puerta
en las narices (pausa) A puerta cerrada como la pieza de teatro que vi una vez
en París en mi época de estudiante de Relaciones Internacionales cuando soñaba
con ser una gran diplomática al servicio de este horrendo y sangriento país (al
público) ¿Están ustedes enterado de la guerra entre mafiosos y soldados y
ciudadanos? ¿De lo que sucede en estados como Tamaulipas, Guerrero, Sinaloa,
Veracruz?... Uno de ellos-el autor-el personaje-el actor el que haya sido-eso
no importa decía “A puerta cerrada” porque de ahí ya no salió nadie… y el
infierno son los otros... (Sarcástica, pasea la mirada sobre los espectadores)
Alguna vez leí en una de sus biografías que usted fue el primero en bajar al
infierno del inconsciente, de la locura, y regresó más o menos
cuerdo-razonablemente lógico ¿es cierto eso, doctor Freud? Entonces con mayor
razón debe usted hablar-hablar-hablar. No se refugie en el silencio diga lo que
sabe para psico-psico-psico-psicoanalizarlo como es debido. Muéstreme el camino
que usted conoce aunque rompamos el protocolo-la tradición aunque incurramos en
transgresión de métodos lacanianos, melanianos. Por algunos minutos que le
robaremos a la eternidad usted haga el papel de paciente yo haré el papel de
doctora impaciente (al público)¡Como en el teatro!... Nos necesitamos doctor
Freud Sin el otro y la otra ni usted ni yo existimos... ¡Pero no abandona usted
ese gesto de loco! ¡Definitivamente se ha vuelto usted un chiflado (al maniquí)
ya se le botó la canica! ¿Ves lo que te espera? Si eso le sucede al patriarca
del inconsciente ¿qué no te sucederá a ti que además del cuerpo tienes mutilada
la conciencia? (al doctor Freud) ¡Pero ya que el célebre Segismundo Freud se
empeña en guardar sus palabras en el silencio de las tumbas, leamos su
pasado-su presente-su futuro por medio de la magia poética del Tarot de
Marsella! (manipula la baraja) Vamos a ver doctor Freud... paciencia, doctor
Freud, paciencia...el arte de la adivinanza es infalible si hay fe y paciencia,
es más infalible que el Papa...arte milenario existe desde muchísimo antes del
Caso Dora, antes del Tótem y del Tabú, antes que la cultura les produjera neuralgias
y malestares metafísicos a los salvajes de la edad de piedra y de la
cueva...existe desde muchísimo antes que usted moderno espía de los
comportamientos ajenos descubriera el inconsciente y le entrara la loca
obsesión por interpretar los sueños de los durmientes y las erratas de la
lengua y las conductas de los poseídos ¡por quién sabe qué! – pero no por el
demonio como creían los antiguos (pausa) Siempre pensé que esos eran asuntos de
artistas: dramaturgos, poetas, novelistas, pintores, músicos-no asuntos de
neurólogos, psiquiatras, psicólogos o sacerdotes de la trinidad
santísima...Lectores de la suerte y del destino siempre hubo-¿alguna vez le
leyeron la mano las gitanas? A mí siempre me daban en el blanco: me presagiaban
el futuro-siempre un futuro negro de muy malos presagios-¿leyó usted la novela
de Günter Grass que se titula así-malos presagios? ¿Lee usted el alemán? Yo no.
Mis cursos de alemán no pasaron del sexto grado-francés, sí- inglés,
sí-italiano también-un poco de portugués-¡español por supuesto! ¡Mi lengua
madre! ¿Qué sería de mí sin esta madre lengua lenguaraz cunnis lingus? ¿Por qué
será, doctor Freud, que cuando me siento arruinconada y caigo en el pozo de la
angustia y me envuelve la mortaja silenciosa, hablo y garabateo palabras en lenguas
extranjeras, menos en la lengua del ingenioso Hidalgo enamorado de
Dulcinea-guía moral del gordo Sancho? A sus discípulos
psico-psico-psico-psicoanalistas esto les parecía un asunto enigmático y
profundo... ¡Ya está, doctor Freud! Consultemos las cartas y leamos su destino.
(muestra una carta) ¡El sol! Esta usted muy visible doctor Freud, muy
iluminado. Es peligroso estar a la vista de todos (observa al público)...sin
secretitos...lo pueden vigipolizar y apresar sus enemigos cartesianos...
(Muestra otra carta) ¡La muerte! ¿Cuándo
murió usted, doctor Freud? – ya sé que fue en 1939, pero a qué hora en que día
en qué mes-estos datos son muy importantes... He perdido el sentido del humor,
doctor Freud. Destruí mi máscara griega de la risa y puse en un altar que yo
misma me construí la máscara del llanto-del dolor. Ya no puedo reír-usted
conoce mucho de esto escribió un libro sobre los chistes y el inconsciente-lo
leí y lo releí al revés y al derecho (pausa) ¡Una adivinanza, doctor? ¿Sabe por
qué Bush junior nunca le ganó un juego de ajedrez a Bin Laden? ¿Se imagina por
qué? –no me diga que no hasta los niños de Nueva York, Paris, Londres,
Afganistán, Tokio, Nicaragua, México-los niños de todo el mundo saben por qué
Bush el cruzado del imperio no puedo derrotar a Bin Laden el santo guerrero del
petróleo...yo sé mucho de esto no olvide que soy doctorada en relaciones
internacionales por la universidad La Sorbona de Paris... ¿se rinde? (muestra
dos cartas) El emperador... la fortuna (pausa) ¿Se rinde? Como siempre: una
cosa es la teoría y otra el mundo real y otra el mundo virtual ese de las
laptops y teléfonos celulares (muestra la carta de La Torre) ¡Pues porque le
faltan dos torres gemelas de Nueva York! Tiene muchos caballos de guerra, reyes
y reinas a su disposición, muchos peones pero le faltan las torres que
derrumbaron sus propios aviones tripulados por los kamikazes de Bin Laden...
(muestra otra Carta) ¡El loco! ¿Otra adivinanza, doctor Freud?: ¿Cómo asustan
los adultos a los niños de Afganistán y de Irak? (pausa) ¿Tampoco sabe? (hace
un gesto de terror) Así: Buuuuuuushshshshshsh...(al público) Nosotros tenemos
la Mano Pachona el Cuco la Llorona y ellos tienen su Bush (muestra otra carta)
¡La luna! Anda usted muy lunático, muy alucinado, doctor Freud, y no conoce los
chistes del pueblo (pausa. Va otra vez al espejo, se maquilla las cejas. Vuelve
a poner el muñeco en la silla) ¡Cambiemos de papeles y volvamos a la realidad!
¡Escúcheme doctor Freud, tengo que decirle algo muy importante! A ver si juntos
encontramos la salida de emergencia (Enciende un cigarro. Silencio prolongado.
Mientras narra intermitentemente sacará de su bolso juguetes con los cuales
jugará en actitud infantil: una pequeña muñeca sucia, mutilada y con manchas
simulando heridas, tafetanes y gasas; canicas, una pelota, carritos de madera,
caballitos, indios y vaqueros, soldaditos y tanquecitos de guerra, trastitos de
cocina, botiquín de enfermería. Los tirará caóticamente en el escenario como
hacen los niños con sus juguetes). La escena grave del drama familiar, hilo y
nudo primero de tu vida deshilachada empezó en aquel tiempo de navidad ¿cuántos
años tenías? ¿Tres? (de su bolsa saca una red de canicas. Lanza tres canicones
al piso. Se pone de pie y deja caer en cascada todas las canicas) Tu madre te
regaló una muñeca (saca la muñeca del bolso) ¡Mírala, ésta! todavía la guardo
la escondo para que no sufra. Muñeca rota lo fue desde aquel tiempo cuando
intenté... (pausa. Ensimismada) fue la primera vez que sentí la ley despótica
del padre reinar en la familia en mi confusión en mi miedo de hembra educada
para reinita pero en realidad tratada como de segunda categoría, inferior a mi
hermano el reyecito de la casa (al maniquí) ya verás muy pronto antes de que
cante el gallo o alguien te niegue tres veces o mil veces tus penas acabarán en
nada (pausa) Desde ahí, doctor Freud, cambió el hermano de cuatro años uno
mayor que yo desde entonces y yo creo que desde mucho antes una nunca sabe las
ideas ni la imaginación de los padres en relación con el sexo la perpetuación
de la especie ¡pobre de mi hermano! Cuando inocente él inocente yo
intercambiamos juegos y juguetes. Mientras yo perseguía a los indios malos con
mi caballito mi sombrerito mi pistolita de vaquera del oeste (hace la pantomima
de trotar a caballo disparando), mi hermano cuidaba la muñequita recién nacida
cubriéndola así con una cobijita (la cubre maternal y delicadamente) y dándole
biberón para que no llorara con los gritos y los disparos de los indios malos
que atacaban la casa ... La mirada vigilante de la madre descubrió el juego
inocente de sus hijos inocentes y perfectos hasta aquel día (al maniquí) A ti,
su hija de tres años ¡todavía te acuerdas cómo no! te dio una cachetada te
arrebató el sombrerito te arrebató la pistolita y te encerró en el baño aunque
no tenías ganas de hacer ni pipi ni caca. Al hijo primogénito no lo cacheteó
sólo lo encerró en su cuarto, doctor Freud. No pudimos resistir la agresión de
la madre violenta el ego era muy frágil no teníamos mecanismos de defensa no conocíamos
el mal (al maniquí) Por primera vez se te derrumbó el mundo como después se te
derrumbaría muchas veces en tu vida. La madre sólo fue la mensajera de tu padre
¡el honorable senador de la república militante destacadísimo de los cruzados
de Cristo! Cuando el honorable hijo del altísimo tronó desde el trono celestial
del comedor en aquella última cena del paraíso familiar que luego se convirtió
en el infierno porque el infierno eran ellos los padres los otros, sólo
registré la amenaza en dos palabras que me oprimieron el corazón y se grabaron
para siempre en mi memoria sin saber qué significaban. Con los ojos inyectados
por el odio y el dedo índice de Dios en la tierra apuntándonos en el banquillo
de los acusados el honorable padre gritó: ¡Los niños que juegan con muñecas se
vuelven maricones! ¡Las niñas que juegan con caballitos y pistolitas se vuelven
marimachas! y le dijo a la mensajera del infierno, mi madre: ¡Por dios mujer
qué educación les das a mis hijos! (pausa) A mi hermano le cortaron las alas de
la sensibilidad y la ternura y a mí las ganas de defenderme y de matar en la
fantasía de los juegos de infancia. Con los años mi hermano se convirtió en un
macho alcohólico violento golpeador y violador de mujeres, estuvo en la cárcel,
su mujer murió de una golpiza. Al final se suicidó mí hermano (pausa) y tú con
los años me fui convirtiendo en mujer rota como la muñeca rota como mi muñeca
rota contra la que descargué mi rabia mi desolación y mi terror de infancia
(pausa. Al maniquí) Lárgate Lárgate Lárgate ¡Lárgate de aquí!... antes que sea
demasiado tarde... razona un poco huye de aquí en tu automóvil a doscientos
kilometros por hora y vete a la frontera y cruza no veas para atrás… (le
avienta un fajo de billetes) o compara un boleto de avión vuela con urgencia a
Paris y quédate allá toda la vida para siempre ¡Ya conoces Paris! ¡Lárgate y no
vuelvas más! (mirando al público) ¿No te das cuenta que nos tienen vigiladas y
castigadas? (pausa) eres un caso perdido no entras en razón lo siento mucho de verdad
lo siento lo siento lo siento no sabes cómo lo siento (pausa. Saca una pistola
de la bolsa) ¡Mire doctor Freud, la pistolita que usábamos mi hermano y yo en
los juegos de infancia!.. ¡indios contra vaqueros! (apunta y juega disparando
al público) ¡pum pum pum pum! (pausa) sabía que algún día la pistolita de
infancia me serviría para rebelarme radicalmente por primera absoluta última
vez. Ya nadie se burlará de ti. Jamás volverás a ser la mujer mutilada desde
ahora serás la mujer completa libre segura de ti misma... ¡Se acabó el
infierno! ¡Se acabó la carnicería! (Intenta dispararle a su imagen en el
espejo, dispararse en la sien, en la boca, a la muñeca, apunta al maniquí.
Finalmente detona la pistola contra el maniquí. Pausa. Peturbada toma la muñeca
y al maniquí entre sus brazos, con ternura los cubre con un velo negro. Les
canta cariñosamente: "Duérmase mi niña, duérmaseme ya porque viene el cuco
y se la llevará. Duérmase mi niña, duérmaseme ya, porque viene el cuco y se la
comerá". Repite el estribillo hasta salir de escena).
Fin del monólogo.
Monterrey, Nuevo León. México
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