miércoles, 4 de marzo de 2020

NUESTRA CULTURA: LA LOCA DEL MANIQUÍ



MonólogoEscrito por Xavier Araiza

Entra la loca vestida con elegancia pasada de moda, en su cabeza un sombrero de hombre tipo gángster. Se le ve desaliñada. Arrastra una grande y maltratada maleta. Lleva un bolso personal, un paraguas nuevo. Como si fuera directora de escena detallista, profesional, inspecciona y ajusta la ubicación del mobiliario y la utilería: un taburete, dos sillas, un pedestal de mediana altura, una mesa pequeña, un espejo de cuerpo entero, cenicero, un muñeco con rasgos de Sigmund Freud, un cofrecito con el tarot de Marsella, bolsa de maquillaje. De la maleta saca un torso de maniquí femenino, herido, manchado de sangre, recién curado con gasas y vendajes. Lo coloca en el pedestal frente al público. Ella se sienta a un lado simétricamente.
LA LOCA.- Mira nadamás como te dejaron mujer: como res en el rastro. Los carniceros bien que te metieron el cuchillo y los cretinos lo hicieron para que su alegría tu miedo su sadismo tu agonía y tu terror no acabaran pronto. Como los carniceros de los campos de concentración hitlerianos. (pausa. Se maquilla mal, obsesivamente) ¿Por dónde empezaron los carniceros, por los dedos de los pies o de las manos? Seguramente poco a poco te fueron sometiendo sometiendo sometiendo domesticando domesticando domesticando domesticando hasta convertirte en femenina bestia en cautiverio, mujer para el matadero...(pausa) Lo malo maltratado malísimo de todo esto, lo inconveniente de todo esto, lo inaceptable de todo esto, lo trágico de todo esto es que ya estás en la lista negra inacabable de las muertas de Juárez ni una más ni una más ni una más ni una más...en la lista de ejecutadas por el macho celoso talibán, en la lista de brujas quemadas por la inquisición, en la lista de indígenas y prostitutas violada por los ejércitos de la noche ¿leíste esas noticias? ¡Qué vas a leer! ¡Ya nada te importa! (Pausa. Va al espejo de cuerpo entero. Se retoca el maquillaje)... lo malo malamente maltratado malísimo de todo esto es que tú eres mi espejo mi otro yo mi alter ego... (pausa. Toca con delicadeza las gasas de las heridas del maniquí. Lo mima, lo acaricia, le habla maternalmente) Te dejaron muy mal. Mutilaron tus pezones. Tus senos ya no son lo que eran: bellos firmes altivos llamativos turgentes ¡mira nada más como están de dolientes!... (Va al espejo de cuerpo entero; se mima y acaricia). Las miradas los seguían eran realmente prodigiosos deslumbrantes como tus piernas y tu cintura y tus manos finas largas como de pianista. El rostro se parecía a Marlene Dietrich o el de Merlene Dietrich se parecía a tu rostro. Es igual (al maniquí) En verdad eras hermosa y no porque tú narcisistamente lo dijeras: todo mundo lo decía (pausa). Ya no correrás como todos los días tempranito muy tempranito a las seis de la mañana tampoco iras al gimnasio un poco más tarde diez de la mañana-querías mantenerte esbelta ligera...ya no bailarás (baila) aquella danza que tanto te gustaba bailar frente al espejo de cuerpo entero en tu recámara solitaria cada vez que te sentías sola con tu soledad sombría...de maníacadepresiva así te diagnosticó el psico-psico-psico-analista (en tu soledad sombría-etapa de hundimiento marino-porque tenías etapas de elevamiento airado-cósmico). Eras prolongadamente-mente-mente-mente-mente-mente silenciosa yo diría que muy apagada muy muy alejada...muda yo diría... ¿Y cómo te vestirás y como te maquillarás?-tan atractiva te veías con tus labios rojos sensuales y tus cejas depiladas a la María Félix-pero sobre todo como te alimentarás y cumplirás con tus necesidades fisiológicas-púdicas-secretas (silencio) Para ti se acabaron los coqueteos-las aventuras amorosas porque ¿cómo vas a seducir acariciar el cuerpo y el espíritu de tu amante? ¿Y cómo el amante te acariciará-te excitará-encontrará tu punto G-cómo te llevara a eso que llaman orgasmo-te llevará al séptimo cielo... que para fortuna tuya y mía en el cielo número 7 no hay Dios vigilando las alcobas... ¿Cómo llegarán al éxtasis del erotismo-del sexo-del amor?... Debe ser una locura hacer el sexo con un tronco-con un cuerpo mutilado-tendría que ser un aventajado discípulo del Marqués de Sade...o un pervertido necrofílico (silencio) ¡Miserables perversos! Mira nadamás como te dejaron. Yo no quiero imaginar tus deseos-tu imaginación-tus ideas-tus emociones-tus fantasías atrapadas en ese cuerpo tan carente de miembros... Un tronco... Un tronco de árbol sin vida abandonado ahí en el desierto... Tronco común y corriente eso eres ya (pausa) ¿Entonces para que te sirve la existencia? En tu lugar yo me convertiría en Alfonsina, me iría caminando-flotando mar adentro hasta desaparecer como los del Titánic, o me tiraría de cabeza a las ruedas de un tren o procuraría estar en el último piso de un rascacielos (¿los cielos reirán?) en el instante mismo en que se estrella el avión del terror en las dos torres gemelas ...tal vez una pistola...la horca no, tirarse de un puente tampoco, Ántrax no-gas mostaza tampoco-la técnica del bonzo menos, el harakiri mishimiano me da pavor... (se dirige al público, en tono neutro) pobres los ciudadanos de las Torres Gemelas de Nueva York y los ciudadanos de Hiroshima y los judíos de los trenes y hornos crematorios y los de Vietnam y los de Chile y los de Irak...Ellos no querían morir y los desapareció el terror de los talibanes fanáticos de la bomba atómica del Napalm de Hitler de Pinochet y de los misiles Tomahauk (pausa). No-no-no...hay que andarse con cuidado con esas cosas ser prudentes razonables no permitir el asalto a la razón que buen título del ensayo del filósofo húngaro Luckacs, ¿te acuerdas que lo leíste tres días y tres noches subrayándolo subrayándolo subrayándolo subrayándolo hasta que lo terminaste y entendiste que el asalto a la razón tiene sus riesgos-sus peligros mortales? Lo leíste en tus años de universidad después de la primera cita con el psico-psico-psico-psicoanalista... (busca en su bolso un pequeño frasco y un bote agua. Traga un par de pastillas)... ¿Te acuerdas de la canción que cantaste sin parar durante cuatro horas aquella noche del viaje suicida? ¿Cómo va la letra? (trata de recordar tarareándola. Canta) No vale nada la vida la vida no... ¿Te la canto? ¿A capela? ¿Sí? (canta) " No vale nada la vida/ la vida no vale nada/ comienza siempre llorando/ y así llorando se acaba/ por eso es que en este mundo/ la vida no vale nada/ Aquí se apuesta la vida/ y se respeta a la que gana/ por eso es que en este mundo/ la vida no vale nada... ¿Te acuerdas? ¿La cantamos las dos? ¡Ándale anímate! -la música alegra el corazón. Tú haces primera voz- yo segunda voz (empieza la canción otra vez. Silencio) ¿Por qué no cantas? ¿También te mutilaron la voz los cretinos del rastro? (silencio prolongado. Se observa detenidamente en el espejo.) ¡Entonces de qué sirvió que te graduaras con altos honores en la escuela superior de relaciones internacionales si el matrimonio te convirtió en otra, en una mujer bella e inteligente pero incapaz de relacionarte contigo misma! ¿De qué te sirvió el glamour que en un tiempo de arrogancia fingida te creyeras la reina de las fiestas?... Si en el fondo de ti misma te sentías la sirvienta recluida en el aposento de las criadas (va al espejo) Mira nada más cómo me dejaron hecha un asco una cosa infamante deshilachada ¡Eso eres – soy la mujer deshilachada! ¡Ah! Y si sigues permitiendo que te vean que te imaginen que te traten como objeto como cosa desechable vas a terminar cautiva en el infierno de la casa... de la cosa... (pausa) o en el manicomio de las locas ya estuviste una vez ¿Te acuerdas? y allí recluida vigilada empastillada abandonada excluida negada drogada violada quién te va a querer, quién te va a desear quién dirá que es tu padre quién dirá que es tu hermano quién dirá que es tu novio quién dirá que es tu esposo quién dirá que es tu hijo quién dirá que es tu amante quién dirá que es tu viudo quién dirá quién dirá quién dirá quién dirá quien dirá quién dirá quién dirá (pausa) Yo la conozco yo la quiero yo la amo y no es justo no es justo no es justo no es justo no es justo no es justo no es justo (entra en crisis. Toma otro par de pastillas. Enciende un cigarro y pasa radicalmente del desasosiego a la calma).
Siempre fuiste débil, obediente, nunca te rebelaste nunca te rebelaste nunca te rebelaste nunca nunca nunca ¡nunca jamás!: ¡Para empezar contra tu madre la esclava del padre-el tirano! Nunca te rebelaste contra tu hermano educado a imagen y semejanza del padre, nunca te rebelaste contra el primer novio y los que siguieron siguieron siguieron como si nada que te trataban como niña ingenua como niña tonta te vigilaban como policías de la moral como carceleros del amor, nunca te rebelaste contra tu esposo que te trataba como máquina sexual programada para su placer y para reproducir la especie, ¡como gerenta general del hogar donde él era el dueño el patrón! (silencio prolongado) Esa noche de luna llena de fuga de ¡Basta, hasta aquí! de tentación suicida pisaste el acelerador-180 kilómetros por hora. Escuchabas la canción una y otra vez a todo volumen y cundo te ensordecías la cantabas más bien la gritabas y sentías que con ese ritual de canto y música y alaridos de loba herida demenciales donde se confundía la voz de José Alfredo y la tuya se exorcizaba la voluntad y la idea fija de suicidarte a doscientos kilómetros por hora en una curva donde imaginabas que perderías la línea de la carretera y la meta a donde pretendías llegar no la alcanzarías jamás. Nunca supe por qué te fascinaba el cientochenta y no el doscientos o el doscientosveinte. Eso sí el miedo te ganaba porque nunca aceleraste más allá de cientochenta kilómetros por hora. Tu coche color azul casi volaba en las cunetas de la carretera-en una curva prolongada y peligrosa casi te estrellas de frente con un camión-pipa de Pemex. El conductor muy diestro en la manejada y la suerte evitaron la tragedia. ¿Te acuerdas? Esa vez estuviste a un milíiiiiiiiiiiiimetro de cruzar el otro lado de la frontera del que no se regresa nunca (pausa. Al público) Porque ese lado de la frontera es La Nada. (Otra vez al espejo) Sucedió aquella noche de Enero-hacía mucho frío-dos grado bajo cero cuando decidiste por fin romper el lazo de tu falso absurdo arruinado matrimonio que te ataba como soga al cuello a tu marido talibán occidental... Te acusó el persignado rezador de santos y vírgenes de irresponsable-inmoral-loca (pausa) Porque decidiste abortar cuando el médico te diagnosticó embarazo de altísimo riesgo que podías morir en el parto. Nunca entendió tus razones, tu angustia, el miedo que le tenías a la maternidad-no querías repetir el tiempo las escenas y las imágenes de la infancia cuando jugabas a ser mamá con aquella triste muñequita... Tu familia te asaltó la razón y se te vino encima como lápida de cementerio... Tu padre te maldijo una frase terrible que todavía recuerdo: "¡Solamente las putas asesinan al hijo de su vientre!"... Tu madre te dio una violenta cachetada (la recuerdo y me duele en la mejilla y en el alma) mientras gritaba con la cara desencajada: "¡Perdida, malagradecida! ¡¿Eso es lo que te enseñé?! ¡Tú para mí ya no existes, prefiero imaginar que estás muerta! ¡Qué Dios se apiade de ti! (pausa) Nunca te recuperaste del aborto, de la maldición del padre y el deseo de tu madre de verte muerta (pausa). Desde ahí se rompió el hilo de tu papalote existencial y empezaste a caer a caer a caer a caer a caer a caer a caer... y no tocaste fondo-todavía no tocas fondo. (Va al espejo y da un toque obsesivo, furioso, a su maquillaje. Fuma furiosamente). Nunca te rebelaste... ¿Dónde estabas tú? ¿En qué rincón de ti misma te escondías cuando te buscabas en el espejo y no te encontrabas? Siempre eras la otra: tu madre, Santa Teresita de Jesús... ¿Te acuerdas de santa teresita?- aquella religiosa que soñabas tantas noches cuando tenías trece años poco después que te vino la primera menstruación te asustaste infinitamente creíste que ibas a morir... aquella Teresita de Jesús que te acompañaba por los burdeles y los lugares nocturnales del vicio de una ciudad extraña y pecaminosa (y no era Sodoma ni Gomorra) donde se hablaban todos los idiomas (y no era la torre de Babel) francés, alemán, inglés, ruso, chino, árabe, japonés... pero nunca en tu lengua con tus palabras (coloquial) fíjate bien estoy hablando de Santa Teresita de Jesús, no de la Madre Teresa de Calcuta, la ancianita que se retrató con Karol Woitila, el polaco del Vaticano muy amigo del Marcial Maciel ese de las legiones cristianas acusado de pederastia, criminal drogadicto y corruptor de incautos… hablo del Papa aquel ya difunto herido de muerte aquel año que perfeccionabas la lengua italiana en Florencia, herido de muerte por el asesino aquel de Turquía... Tuvo suerte Pablito no perdió la vida y qué bueno nadie debe morir así. No: esa Teresa es otra muy amiga de Lady Di, otra mujer descuartizada, muy elegante y guapa ella ex esposa del príncipe junior Carlos por lo tanto de la realeza británica, pero al final deshilachada, descuartizada por la moral hipócrita el poder de la corona y los paparazzi y el sensacionalismo de los periódicos y las revistas. Mutilada desde mucho antes del accidente automovilístico aquel de París en que viajaba con su amor con su amante libanés. (Pausa. Enciende otro cigarro) ¡Pobre Lady Di! Le sucedió lo que a tantas mujeres de todas las clases sociales de esto pocas escapan (Al público enumera como en una letanía)... lo mismo les sucede a campesinas obreras empleadas secretarias profesionistas empresarias millonarias periodistas aristócratas intelectuales actrices niñas adolescentes vírgenes novias señoritas solteras esposas prostitutas madres solteras madres casadas divorciadas amantes viudas... le sucedió lo que a ti, lo que a mí que soy una de tantas (pausa prolongada) Pero eso no es todo: hay otra madre: la madre de todas las infames batallas, la madre de Dios, la Virgen Santa ¡Que absurdo y complicado es eso! ¿Cómo una madre puede ser Virgen cómo una Virgen puede ser madre? ¡Y no me importa lo que digan las sagradas escrituras las iglesias cristianas y el Papa! Ya no creo en nada ¡Se acabó el pecado, se acabó el perdón, se acabó la culpa! ¡Viva la vida! Como dicen los franceses: ¡La liberté u la mort! (va a el espejo. Se toca el rostro, el cuerpo. Al público) ¿Dónde estaban Dios y sus creyentes cuando empezó la carnicería el destazadero de su cuerpo? ¿Alguno de los santos varones demócratas bien portaditos de derecha liberales de centro de izquierda anarquistas radicales lights nihilistas apolíticos protestó cuando te cortaron el brazo derecho y tasajearon tus ideas? ¿Alguna de las mujeres impolutas temerosas de Dios dejaron el rezo la cacerola el getho familiar la obediencia y la corrección para detener a los rastreros del rastro? ¿Dejaron la competencia entre ellas las revistas de moda los talk shows el mundo de las telenovelas las compras obsesivas del supermercado el narcisismo mental el culteranismo la computadora el feisbuk el twiter (pausa)... para gritar en este mundo ¡Basta, Basta, Basta, Basta, Basta, Basta! . Pensaron acaso: lo que hacen con ella me lo hacen a mí a las hijas a las hermanas a las madres a las amigas... ¿Quién de las damas ha mirado de frente al carnicero y le ha dicho que el cuchillo simbólico que orina y le hace sentirse macho todopoderoso dueño de las mujeres lo puede perder en cualquier esquina se lo pueden amputar en cualquier momento? ¿Se indignaron hilarantemente mente mente mente mente mente mente? ...
(Mientras repite "mente" va al espejo, se retoca el maquillaje. Pensativa recorre el espacio) Y dónde estaba la razón de la mente demente cuando los pensamientos de la moral y del miedo me apresaban y decían ¡no no no no no no no no no no no no..! en el instante mismo en que (se acaricia el cuerpo voluptuosamente, hasta llegar a un intento de masturbación) la pasión del corazón el deseo en el cuerpo el erotismo desencadenado la explosión sexual todo mi cuerpo en éxtasis gritaba ¡sí sí sí sí sí sí sí sí sí sí sí sí..! (risa histérica. Pausa) ¿Dónde estaba la razón asaltada de la mente demente cuando yo quería romper las cadenas que me encadenaban con candados en número de setenta veces siete (otros muy distintos a los cien candados de la puerta negra) desde que yo era niña aún sin saber que me llamaba como me llamo, niña de pañal de chupón biberón niña sin memoria? (silencio) ¿Y de qué sirve el nombre cuando el yo siempre anda de viaje de contrabando en el clandestinaje y el cuerpo lo sientes como una casa ajena extraña y deshabitada? (pausa. Ve de frente al maniquí) Tu mutilación mi mutilación empezó cuando nacimos. A nosotras no nos esperaban. Como ni tú ni yo nacimos con falo-pene nacimos con desventaja (pausa. Se dirige al público)) En el mercado de valores del reino de los machos y los patriarcas la rajita entre las piernas y la cosita que cuelga no tienen la misma importancia, la rajita es el hoyo negro de la mujer cosificada la cosita que cuelga es el símbolo de su poder su identidad más profunda...eso lo aprendí leyendo el ensayo sobre los sexos de la gran Simona de Beauvoir la existencialista, la novia de Juan Pablo el filósofo que escribió La Náusea Los caminos de la libertad el Ser y la Nada (pausa) Esperaban al primogénito, al varón, a Caín, el asesino de su hermano, hijo del linaje de Adán el obediente el perfecto el único primogénito de primogénitos hecho a imagen y semejanza del padre eterno el desmadrado porque ahí no hubo ni erotismo ni amor ni coito ni sexo ni óvulo ni espermatozoide ni embrión ni feto ni parto de por medio ¡Amén! (pausa. Enciende otro cigarro) Eva la que tampoco tuvo madre fue la primera rebelde la primera mujer subversiva de la historia. Ella no le hizo caso a la prohibición del eterno, a la ley y los reglamentos del paraíso... ella se comió la manzana (al público) Eva la grande la magnífica la subversiva revolucionaria verdadera madre de todas nosotras (a los hombres) y de ustedes también... Eva pensó y decidió por sí misma (vuelve con el maniquí) ¿Te das cuenta por qué a las mujeres nos adiestran para imitar a la virgen María? Eva la mala mujer la pecadora... ¡La puta! La virgen María madre buena la perfecta... ¡La santa! (pausa. Va otra vez al espejo. Retoque obsesivo al maquillaje. Se dirige a un muñequito extraño, en segundo plano, sentado desde el principio en una silla, iluminado con luz cenital) ¿Y usted doctor Freud, qué hace allí tan calladito? ¿Ya le encontró cura a nuestra desgracia? ¿Cuál es mi futuro viviendo con esta mujer mutilada? ¿Durará mucho tiempo? ¿Su psico-psico-psico-psicoanálisis puede regresar el tiempo para vivir otra vida elegir otros padres otro hermano otros novios otro marido otra moral y otra religión menos castigadora-menos déspota? ¿Será posible elegir otra vez mi sexo? Mujer no: ya ve las consecuencias; hombre tampoco: ya ve cómo se comportan. Ni primer ni segundo sexo ni tercer sexo ¿Será posible un cuarto sexo un quinto sexo-podemos inventar una gama-un arcoiris de sexos? ¿Qué hacemos doctor Freud? Yo estoy angustiada usted está paralizado... ¿y si intercambiamos papales y si invertimos los roles doctor Freud? Vamos a ver, vamos a ver, vamos a ver (acuesta el muñeco con la carita de Freud en un diván de juguete). Se relaja usted en su diván y me va a contar lo que usted quiera. Hable, no se quede callado, dígame lo que tenga que decir, no reprima nada. Ahora usted es el paciente y yo la analista-pero le advierto: soy impaciente he perdido la paciencia y no estoy dispuesta a escuchar nimiedades sólo cuestiones de mucha importancia de mucha urgencia-asuntos de razón o de sinrazón-de vida o de muerte. Sé muy bien-usted me enseñó que las nimiedades ocultan-enmascaran los traumas-los complejos, (Al público) pero ahora las nimiedades nos desgraciarían la escena y éste pequeño teatro íntimo en el que soy autora-directora-personaje-actriz-escenógrafa perdería su encanto poético su esencia de espectáculo… De manera que si usted no padece graves conflictos patológicos, doctor Freud esquizofrenia-neurosis maníaco depresiva-psicosis paranoica-bipolaridad o algo así-aquí mismo suspendemos el tratamiento-nos evitamos transferencias y contratransferencias ¡y se acabó! Usted a su consultorio de Viena y yo a mi casa. Si no padece gran patología le sugiero que consulte al ruso Pavlov, el de los reflejos condicionados ¡el del perrito!, o al doctor Skinner- el de las conductas programadas, le sugiero que llame al programa radiofónico de la Doctora corazón o que lea el best seller "Cómo ser feliz superando sus miedos con siete segundos de optimismo". Con nimiedades que se pueden curar con una aspirina, prozac o un poco de mariguana el análisis no me interesa. Además me impacienta la totalidad del presente-el ser que naufraga en el tiempo que se va como agua entre los dedos... ¡Qué hora es! Las nueve de la noche... ¿Lo ve? ¿Ve pasar el tiempo como yo lo veo? Yo lo detengo lo zarandeo lo tomo del cuello y le digo ¿adónde vas tiempo? ¿Por qué no te quedas quieto? ¡Ah, la fatalidad, el destino, la Moira! Tenían razón los griegos Aristotélicos. Apenas parpadea una y el tiempo llega y se va como animal mitológico mitad humano-mitad bestia que se lo traga todo. El pasado se borra poco a poco y el futuro no tiene perspectiva-todavía no llega pero llegará muy pronto se instalará como un muro infranqueable caído del cielo-construido por un Dios enloquecido que no tuvo su Segismundo Freud a mano o de perdido a su Jung a su Adler a su Lacan o por lo menos a la señora Melanina Klein para que desde chico lo hubiera metido en cintura si no con el método psico-psico-psico-psicoanalítico que ella aplicaba con su estilo de gran matrona, por lo menos con unas buenas nalgadas para que se le quitara a este Dios lo malo lo travieso y lo perverso (otra vez el ritual obsesivo del maquillaje frente al espejo) Usted sabe de lo que estoy hablando, don Segismundo... sus discípulos nunca me entendieron. No tuvieron oídos lo suficientemente sensibles para escuchar la angustia de otra arruinconada que deseaba salir a la intemperie pero los otros le temían y le cerraban la puerta en las narices (pausa) A puerta cerrada como la pieza de teatro que vi una vez en París en mi época de estudiante de Relaciones Internacionales cuando soñaba con ser una gran diplomática al servicio de este horrendo y sangriento país (al público) ¿Están ustedes enterado de la guerra entre mafiosos y soldados y ciudadanos? ¿De lo que sucede en estados como Tamaulipas, Guerrero, Sinaloa, Veracruz?... Uno de ellos-el autor-el personaje-el actor el que haya sido-eso no importa decía “A puerta cerrada” porque de ahí ya no salió nadie… y el infierno son los otros... (Sarcástica, pasea la mirada sobre los espectadores) Alguna vez leí en una de sus biografías que usted fue el primero en bajar al infierno del inconsciente, de la locura, y regresó más o menos cuerdo-razonablemente lógico ¿es cierto eso, doctor Freud? Entonces con mayor razón debe usted hablar-hablar-hablar. No se refugie en el silencio diga lo que sabe para psico-psico-psico-psicoanalizarlo como es debido. Muéstreme el camino que usted conoce aunque rompamos el protocolo-la tradición aunque incurramos en transgresión de métodos lacanianos, melanianos. Por algunos minutos que le robaremos a la eternidad usted haga el papel de paciente yo haré el papel de doctora impaciente (al público)¡Como en el teatro!... Nos necesitamos doctor Freud Sin el otro y la otra ni usted ni yo existimos... ¡Pero no abandona usted ese gesto de loco! ¡Definitivamente se ha vuelto usted un chiflado (al maniquí) ya se le botó la canica! ¿Ves lo que te espera? Si eso le sucede al patriarca del inconsciente ¿qué no te sucederá a ti que además del cuerpo tienes mutilada la conciencia? (al doctor Freud) ¡Pero ya que el célebre Segismundo Freud se empeña en guardar sus palabras en el silencio de las tumbas, leamos su pasado-su presente-su futuro por medio de la magia poética del Tarot de Marsella! (manipula la baraja) Vamos a ver doctor Freud... paciencia, doctor Freud, paciencia...el arte de la adivinanza es infalible si hay fe y paciencia, es más infalible que el Papa...arte milenario existe desde muchísimo antes del Caso Dora, antes del Tótem y del Tabú, antes que la cultura les produjera neuralgias y malestares metafísicos a los salvajes de la edad de piedra y de la cueva...existe desde muchísimo antes que usted moderno espía de los comportamientos ajenos descubriera el inconsciente y le entrara la loca obsesión por interpretar los sueños de los durmientes y las erratas de la lengua y las conductas de los poseídos ¡por quién sabe qué! – pero no por el demonio como creían los antiguos (pausa) Siempre pensé que esos eran asuntos de artistas: dramaturgos, poetas, novelistas, pintores, músicos-no asuntos de neurólogos, psiquiatras, psicólogos o sacerdotes de la trinidad santísima...Lectores de la suerte y del destino siempre hubo-¿alguna vez le leyeron la mano las gitanas? A mí siempre me daban en el blanco: me presagiaban el futuro-siempre un futuro negro de muy malos presagios-¿leyó usted la novela de Günter Grass que se titula así-malos presagios? ¿Lee usted el alemán? Yo no. Mis cursos de alemán no pasaron del sexto grado-francés, sí- inglés, sí-italiano también-un poco de portugués-¡español por supuesto! ¡Mi lengua madre! ¿Qué sería de mí sin esta madre lengua lenguaraz cunnis lingus? ¿Por qué será, doctor Freud, que cuando me siento arruinconada y caigo en el pozo de la angustia y me envuelve la mortaja silenciosa, hablo y garabateo palabras en lenguas extranjeras, menos en la lengua del ingenioso Hidalgo enamorado de Dulcinea-guía moral del gordo Sancho? A sus discípulos psico-psico-psico-psicoanalistas esto les parecía un asunto enigmático y profundo... ¡Ya está, doctor Freud! Consultemos las cartas y leamos su destino. (muestra una carta) ¡El sol! Esta usted muy visible doctor Freud, muy iluminado. Es peligroso estar a la vista de todos (observa al público)...sin secretitos...lo pueden vigipolizar y apresar sus enemigos cartesianos...
(Muestra otra carta) ¡La muerte! ¿Cuándo murió usted, doctor Freud? – ya sé que fue en 1939, pero a qué hora en que día en qué mes-estos datos son muy importantes... He perdido el sentido del humor, doctor Freud. Destruí mi máscara griega de la risa y puse en un altar que yo misma me construí la máscara del llanto-del dolor. Ya no puedo reír-usted conoce mucho de esto escribió un libro sobre los chistes y el inconsciente-lo leí y lo releí al revés y al derecho (pausa) ¡Una adivinanza, doctor? ¿Sabe por qué Bush junior nunca le ganó un juego de ajedrez a Bin Laden? ¿Se imagina por qué? –no me diga que no hasta los niños de Nueva York, Paris, Londres, Afganistán, Tokio, Nicaragua, México-los niños de todo el mundo saben por qué Bush el cruzado del imperio no puedo derrotar a Bin Laden el santo guerrero del petróleo...yo sé mucho de esto no olvide que soy doctorada en relaciones internacionales por la universidad La Sorbona de Paris... ¿se rinde? (muestra dos cartas) El emperador... la fortuna (pausa) ¿Se rinde? Como siempre: una cosa es la teoría y otra el mundo real y otra el mundo virtual ese de las laptops y teléfonos celulares (muestra la carta de La Torre) ¡Pues porque le faltan dos torres gemelas de Nueva York! Tiene muchos caballos de guerra, reyes y reinas a su disposición, muchos peones pero le faltan las torres que derrumbaron sus propios aviones tripulados por los kamikazes de Bin Laden... (muestra otra Carta) ¡El loco! ¿Otra adivinanza, doctor Freud?: ¿Cómo asustan los adultos a los niños de Afganistán y de Irak? (pausa) ¿Tampoco sabe? (hace un gesto de terror) Así: Buuuuuuushshshshshsh...(al público) Nosotros tenemos la Mano Pachona el Cuco la Llorona y ellos tienen su Bush (muestra otra carta) ¡La luna! Anda usted muy lunático, muy alucinado, doctor Freud, y no conoce los chistes del pueblo (pausa. Va otra vez al espejo, se maquilla las cejas. Vuelve a poner el muñeco en la silla) ¡Cambiemos de papeles y volvamos a la realidad! ¡Escúcheme doctor Freud, tengo que decirle algo muy importante! A ver si juntos encontramos la salida de emergencia (Enciende un cigarro. Silencio prolongado. Mientras narra intermitentemente sacará de su bolso juguetes con los cuales jugará en actitud infantil: una pequeña muñeca sucia, mutilada y con manchas simulando heridas, tafetanes y gasas; canicas, una pelota, carritos de madera, caballitos, indios y vaqueros, soldaditos y tanquecitos de guerra, trastitos de cocina, botiquín de enfermería. Los tirará caóticamente en el escenario como hacen los niños con sus juguetes). La escena grave del drama familiar, hilo y nudo primero de tu vida deshilachada empezó en aquel tiempo de navidad ¿cuántos años tenías? ¿Tres? (de su bolsa saca una red de canicas. Lanza tres canicones al piso. Se pone de pie y deja caer en cascada todas las canicas) Tu madre te regaló una muñeca (saca la muñeca del bolso) ¡Mírala, ésta! todavía la guardo la escondo para que no sufra. Muñeca rota lo fue desde aquel tiempo cuando intenté... (pausa. Ensimismada) fue la primera vez que sentí la ley despótica del padre reinar en la familia en mi confusión en mi miedo de hembra educada para reinita pero en realidad tratada como de segunda categoría, inferior a mi hermano el reyecito de la casa (al maniquí) ya verás muy pronto antes de que cante el gallo o alguien te niegue tres veces o mil veces tus penas acabarán en nada (pausa) Desde ahí, doctor Freud, cambió el hermano de cuatro años uno mayor que yo desde entonces y yo creo que desde mucho antes una nunca sabe las ideas ni la imaginación de los padres en relación con el sexo la perpetuación de la especie ¡pobre de mi hermano! Cuando inocente él inocente yo intercambiamos juegos y juguetes. Mientras yo perseguía a los indios malos con mi caballito mi sombrerito mi pistolita de vaquera del oeste (hace la pantomima de trotar a caballo disparando), mi hermano cuidaba la muñequita recién nacida cubriéndola así con una cobijita (la cubre maternal y delicadamente) y dándole biberón para que no llorara con los gritos y los disparos de los indios malos que atacaban la casa ... La mirada vigilante de la madre descubrió el juego inocente de sus hijos inocentes y perfectos hasta aquel día (al maniquí) A ti, su hija de tres años ¡todavía te acuerdas cómo no! te dio una cachetada te arrebató el sombrerito te arrebató la pistolita y te encerró en el baño aunque no tenías ganas de hacer ni pipi ni caca. Al hijo primogénito no lo cacheteó sólo lo encerró en su cuarto, doctor Freud. No pudimos resistir la agresión de la madre violenta el ego era muy frágil no teníamos mecanismos de defensa no conocíamos el mal (al maniquí) Por primera vez se te derrumbó el mundo como después se te derrumbaría muchas veces en tu vida. La madre sólo fue la mensajera de tu padre ¡el honorable senador de la república militante destacadísimo de los cruzados de Cristo! Cuando el honorable hijo del altísimo tronó desde el trono celestial del comedor en aquella última cena del paraíso familiar que luego se convirtió en el infierno porque el infierno eran ellos los padres los otros, sólo registré la amenaza en dos palabras que me oprimieron el corazón y se grabaron para siempre en mi memoria sin saber qué significaban. Con los ojos inyectados por el odio y el dedo índice de Dios en la tierra apuntándonos en el banquillo de los acusados el honorable padre gritó: ¡Los niños que juegan con muñecas se vuelven maricones! ¡Las niñas que juegan con caballitos y pistolitas se vuelven marimachas! y le dijo a la mensajera del infierno, mi madre: ¡Por dios mujer qué educación les das a mis hijos! (pausa) A mi hermano le cortaron las alas de la sensibilidad y la ternura y a mí las ganas de defenderme y de matar en la fantasía de los juegos de infancia. Con los años mi hermano se convirtió en un macho alcohólico violento golpeador y violador de mujeres, estuvo en la cárcel, su mujer murió de una golpiza. Al final se suicidó mí hermano (pausa) y tú con los años me fui convirtiendo en mujer rota como la muñeca rota como mi muñeca rota contra la que descargué mi rabia mi desolación y mi terror de infancia (pausa. Al maniquí) Lárgate Lárgate Lárgate ¡Lárgate de aquí!... antes que sea demasiado tarde... razona un poco huye de aquí en tu automóvil a doscientos kilometros por hora y vete a la frontera y cruza no veas para atrás… (le avienta un fajo de billetes) o compara un boleto de avión vuela con urgencia a Paris y quédate allá toda la vida para siempre ¡Ya conoces Paris! ¡Lárgate y no vuelvas más! (mirando al público) ¿No te das cuenta que nos tienen vigiladas y castigadas? (pausa) eres un caso perdido no entras en razón lo siento mucho de verdad lo siento lo siento lo siento no sabes cómo lo siento (pausa. Saca una pistola de la bolsa) ¡Mire doctor Freud, la pistolita que usábamos mi hermano y yo en los juegos de infancia!.. ¡indios contra vaqueros! (apunta y juega disparando al público) ¡pum pum pum pum! (pausa) sabía que algún día la pistolita de infancia me serviría para rebelarme radicalmente por primera absoluta última vez. Ya nadie se burlará de ti. Jamás volverás a ser la mujer mutilada desde ahora serás la mujer completa libre segura de ti misma... ¡Se acabó el infierno! ¡Se acabó la carnicería! (Intenta dispararle a su imagen en el espejo, dispararse en la sien, en la boca, a la muñeca, apunta al maniquí. Finalmente detona la pistola contra el maniquí. Pausa. Peturbada toma la muñeca y al maniquí entre sus brazos, con ternura los cubre con un velo negro. Les canta cariñosamente: "Duérmase mi niña, duérmaseme ya porque viene el cuco y se la llevará. Duérmase mi niña, duérmaseme ya, porque viene el cuco y se la comerá". Repite el estribillo hasta salir de escena).

Fin del monólogo.
Monterrey, Nuevo León. México


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