Por Armando García
Editor y Fundador de Nuestra América Magazine
En medio de la corriente interminable de noticias
sombrías sobre la crisis del COVID-19, ha surgido manifestaciones de los partidarios
de Donald Trump que sin protección alguna, exigen a los gobernantes de los
estados reabrir la economía. Todo esto en flagrante contravención de las
órdenes de quedarse en casa, la seguridad pública, la sana distancia, el
sentido común.
Es difícil entender por qué las personas arriesgarían
sus vidas, y la de sus seres queridos, para asistir a una manifestación como
esta. Las protestas se centran en el Medio Oeste, pero se han extendido por
todo el país. Ha habido manifestaciones en Lansing, Michigan; Cincinnati, Ohio;
Austin, Texas; y la ciudad de Oklahoma. Estas protestas se parecen mucho a las
manifestaciones de campaña del presidente Trump: en su mayoría manifestantes
blancos que ondean banderas estadounidenses y confederadas, con cachuchas
impresas con el lema de Trump de “Hacer a América Magnifica otra vez”.
Más amenazante es la presencia de milicias
armadas, grupos supremacistas de la raza blanca o aria, es una oleada de la ira
racista de derecha. Todos afirman que la crisis de COVID-19 es exagerada o
incluso una fabricación total. Otros simplemente quieren que se aflojen las
medidas de seguridad. Todos los manifestantes se han hecho eco del refrán de
que quieren "iniciar la economía". Argumentan que evitar que los
trabajadores participen en el trabajo asalariado es una violación de la
libertad individual.
Al otro lado, se encuentran los neoliberales, la
mayoría asociados con el Partido Demócrata. También, están los que piensan que
el capitalismo está destruyendo nuestra sociedad y nuestra biosfera, o aquellos
que ignoran esas amenazas, y que buscan extraer hasta la última gota de
ganancias que puedan antes del inevitable colapso económico y sanitario.
La facción neoliberal se ve reflejada en el
gobernador de Nueva York Andrew Cuomo, quien ha sido elogiado por los liberales
y el ala anti-Trump de la prensa capitalista por su supuesto liderazgo en este
momento de crisis. Tanto los neoliberales como los derechistas sirven a los
capitalistas; estos últimos han abierto la puerta a las bandas fascistas, como
siempre lo han hecho, para hacer avanzar su agenda en las esferas
gubernamentales.
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