Nuestra Redacción
Hace 44 años, el 14 de abril de 1976,
murió el escritor mexicano y luchador social José Revueltas, autor de obras
como Muros de agua.
Sobre Revueltas, ganador del Premio
Nacional de Literatura en 1943 por su obra El luto humano, Octavio Paz
dijo de él que era “uno de los mejores escritores de mi generación y uno de los
hombres más puros de México”.
Nació el 20 de noviembre de 1914 en
Santiago Papasquiaro, en el estado de Durango, México, en el seno de una
brillante familia artística junto a sus hermanos Silvestre (músico y
compositor), Fermín (pintor) y Rosaura (actriz).
A los 13 años abandona la escuela y se
refugia en la Biblioteca Nacional donde empieza a leer al escritor ruso Fiodor
Dosteievski, aspectos religiosos y la Biblia. Su interés por la existencia de
Dios lo lleva a conocer la obra de Marx y Engels. Impactado por el pensamiento
en defensa de los pobres y los explotados de la tierra del marxismo, profundiza
su estudio de la mano de un joven apodado Trotsky, quien le pone en contacto
con el Partido Comunista Mexicano (PCM), en esa etapa clandestino.
En noviembre de 1929 asiste a un acto
organizado por el PCM en el Zócalo de la Ciudad de México, es acusado de
participar en la protesta. Lo llevan a la correccional de donde sale seis meses
después. En agosto de 1930 ingresa al PCM.
En 1932 es puesto preso, nuevamente,
acusado de repartir panfletos del PCM. Es deportado a las Islas Marías, prisión
de alta seguridad en el Pacífico mexicano. Tras cuatro meses en prisión es
liberado amén. Dos años después es encarcelado por nueve meses acusado de
organizar una huelga campesina en Nuevo Laredo, frontera con EE. UU.
Tras un periplo por Moscú en 1935, adonde
fue enviado como delegado al VI Congreso de la Internacional de Juventudes
Comunistas y al VII Congreso de la Internacional Comunista, regresa a México,
afectado por la muerte de su hermano Fermín.
En enero 1938 publica su primer cuento,
“Foreign Club” e inicia su primera novela “Los muros de agua”, obra que recrea
su paso por las islas Marías y analiza el alma humana en una trama que
contrapone la vida de los presos políticos y del mundo del hampa allí reunidos.
La obra seria publicada en 1941.
En enero de 1943 gana el Concurso Literario
Latinoamericano por su novela “El luto humano” que se publica ese mismo año. En
esta novela Revueltas profundiza la miseria y la superstición en la que vive el
pueblo mexicano. La obra no es bien recibida por la cúpula del PCM.
El carácter heterodoxo de su pensamiento y
la crítica al dogmatismo estalinista provoca su primera expulsión del PCM en
noviembre de 1943. En 1944 publica “Dios en la tierra”, uno de los volúmenes de
cuentos más apreciados por la crítica en México.
En 1948 estrena su obra de teatro Israel.
En ella aborda el tema del desamparo y el racismo sufrido por una familia negra
y un migrante en EE. UU. En 1949 publica “Los días terrenales”, obra en la que analiza
y cuestiona el dogmatismo del PCM. Debido a la crítica de sus antiguos
camaradas, decide retirar de circulación la obra, abandona su trabajo literario
por 9 años y se dedica al cine.
En 1958 forma parte del Movimiento
Ferrocarrilero en huelga por mejoras salariales y por la democracia del
movimiento sindical. El movimiento fue derrotado debido a los errores de la
dirigencia, hecho que significó la detención de 3 mil trabajadores, 9 mil despedidos
y algunos asesinados. Revueltas se encuentra entre los detenidos.
En 1960 tras un breve retorno al PCM y un
periplo transitorio por el Partido Obrero Campesino Mexicano, funda la Liga
Leninista Espartaco. El lema de la organización era: “Por la creación del
verdadero partido de la clase obrera”. Ese año participa, junto a otros
intelectuales en una huelga de hambre pidiendo la libertad del líder
ferrocarrilero Demetrio Vallejo.
En mayo de 1961 viaja a Cuba invitado por
el Instituto Cubano del Arte e Industrias Cinematográficos (ICAIC). Cabe
destacar el apoyo irrestricto de Revueltas a la Revolución Cubana por la que
sentía gran admiración.
“Cuba es una verdadera Revolución como en
la que se ha soñado toda la vida. Una Revolución en estado adánico que ante
todo, comienza a dar nombre a todas las cosas. ¡Esto es agua! ¡Esto es viento!
¡Esto es montaña! ¡Esto es socialismo!.”
A su retorno a México termina el “Ensayo
sobre un proletariado sin cabeza”, obra que da cuenta de la inexistencia
histórica del Partido Comunista Mexicano y su incapacidad para organizar y
dirigir al proletariado. Según Octavio Rodríguez, este es el libro político más
importante de Revueltas.
En 1962 es expulsado de la Liga de
Espartaco acusado de tener “desviaciones pequeño burguesas”.
En junio de 1964 publica “Los errores”, una
novela en la que traza un parangón entre el accionar de los dirigentes
partidarios y el lumpen. El escrito cuestiona abiertamente el estalinismo y el
rol de la organización comunista. El libro no es bien recibido por la
izquierda, fuertemente influenciada en ese momento por el éxito de la
Revolución Cubana, a la cual pensaban iba dirigida la crítica.
En 1967 se hace merecedor por su obra del
Premio Xavier Villaurrutia, uno de los más importantes de México, producto de
la elección de los propios colegas.
En 1968 estalla una protesta estudiantil
contra el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz, quien emplea la represión para
acallar a los jóvenes. En julio de 1968 las fuerzas gubernamentales allanan la
autonomía universitaria en la sede de la UNAM. José Revueltas se incorpora a la
lucha y se traslada a vivir a la sede de la Facultad de Filosofía y Letras,
junto a los muchachos.
La tarde del 2 de octubre de 1968 es
convocado un mitin en la Plaza Las Tres Culturas, en Tlatelolco, allí los
granaderos masacran a los estudiantes, los sobrevivientes son desaparecidos por
el ejército y otros logran escapar. Los medios ocultan la información, mientras
los padres claman por sus hijos sin obtener respuesta.
Revueltas es detenido y acusado de ser el
autor intelectual de la protesta. Le imputan los delitos de incitación a la
rebelión, asociación delictuosa, sedición, daño a la propiedad , ataques a las
vías de comunicación, robo, acopio de armas, homicidio y lesiones. Es condenado
a 16 años de cárcel en la prisión de Lecumberri, tenía 54 años.
La cárcel no logra mermar la potencia de su
análisis y pensamiento. Por el contrario, sus reflexiones sobre el hombre
moderno y la sociedad adquieren mayor profundidad. En sus novelas “El apando” y
“El título” da cuenta de la vida en prisión y la miseria humana características
del sistema capitalista tanto fuera como dentro del espacio de confinamiento.
“Todos somos prisioneros, nos diferencia el tamaño de la celda, pero en
definitiva todos somos reos.”
El 10 de diciembre de 1969 inicia junto a
sus compañeros una huelga de hambre por tiempo indefinido que tendrá graves
consecuencias para su salud.
En mayo de 1971 sale en libertad bajo
palabra y retorna a su labor literaria y política. Viaja a California, EE. UU.,
invitado por la Universidad de Stanford.
En 1971 sale a Francia donde publica
“Material de los sueños” y profundiza en temas filosóficos en obras como
“Dialéctica de la conciencia” en la que analiza el pensamiento de Hegel y Marx
y el concepto de alienación. En 1975 funda la revista Cambio con Juan Rulfo,
Julio Cortázar, Miguel Donoso Pareja y Pedro Orgambide; un proyecto para unir a
Latinoamérica en solidaridad con los pueblos del sur gobernado por dictaduras.
El 14 de abril de 1976 fallece. Su funeral
reprodujo lo que fue su vida, una lucha contra el burocratismo y el Estado
burgués protagonizado por sus amigos, quienes a la voz de La Internacional y
los gritos de ¡Viva Revueltas! Y ¡Muera el Gobierno!, expulsaron al secretario
de Educación del gobierno de Luis Echeverría.
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