Por Presidencia de la Republica
PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Pues
estoy haciendo todo lo que sea posible para no contratar deuda, porque,
imagínense si endeudamos al país. No.
Y tenemos muchos recursos. Es que
imagínense cómo estaba el gobierno. En el 18, les pongo el ejemplo, el último
año del anterior gobierno, la Presidencia de la República ejerció tres mil 600
millones de pesos y nosotros ejercimos 800, de tres mil 600 a 800.
Otro ejemplo -lo repito, aunque a mis
adversarios o malquerientes les entre por un oído y les salga por otro, ofrezco
disculpas, voy a seguirlo diciendo- el aeropuerto de Texcoco, el estimado, 300
mil millones de pesos; el aeropuerto de Santa Lucía, que lo vamos a terminar en
menos tiempo y con mejor calidad, 80 mil millones de pesos, un ahorro de 220
mil millones de pesos.
Otro ejemplo, se robaban 800 pipas diarias
con el huachicol, se redujo ese robo a 40 pipas diarias, de 800 a 40.
Eso no lo tomaban en cuenta antes, no
existía la variable combate a la corrupción, no existía para los tecnócratas la
variable austeridad, era otro modelo ¿o les enseñaban en las universidades del
extranjero de que había que evitar la corrupción?, ¿recibían cursos sobre eso?,
¿recibían cursos acerca de que es inmoral que haya un gobierno rico con pueblo
pobre? No, era otra fórmula.
Entonces, ahora se sienten descobijados,
se quedaron colgados de la brocha, porque su modelo fracasó rotundamente. Esto
no es un asunto ideológico, es juicio práctico. ¡Cómo vamos a seguir aplicando
un modelo fracasado, que empobreció al pueblo, que potenció la corrupción, que
desató la inseguridad y la violencia! Es una insensatez estar pensando en más
de lo mismo.
Entonces, ya rompimos el molde neoliberal
y no se puede poner vino nuevo en botellas viejas. Nada de que el llamado a la
unidad y el plan para enfrentar la crisis y el apretarse el cinturón, que el pueblo
se apriete el cinturón y: ‘Ni modo, es un trago amargo, pero va a pasar, tú
aguanta’, mientras unos cuantos se enriquecían con el sufrimiento de la mayoría
de la gente. No, nada de eso.
Sé que están desconcertados, muchos dicen:
‘¿Dónde está -aunque estoy todos los días- dónde está el presidente?, ¿dónde
está el plan?, el gobierno no reacciona’.
No, claro que reaccionamos, estamos
reaccionando, entre otras cosas, aguantando toda la embestida de la oposición
ambiciosa. Imagínense que a la primera que me presentan un proyecto: Sí, cómo
no, para que aplaudan, te lo apruebo.
Ahora tuve una reunión con los
representantes de los empresarios y eso les expliqué, digo: Vamos a otra cosa,
y lo entendieron. Les digo: No descarto lo que me están planteando déjenlo ahí,
vamos viéndolo. Fue muy buena reunión, pero les dije: Nosotros tenemos ya una
manera de enfrentar esto y estamos seguro que va a funcionar, y no descartamos
todo lo demás.
Esto que dicen, por ejemplo: ‘No hay
manera, tiene que haber deuda, es irremediable’, propuestas, por ejemplo, en el
sentido de que aquí se reconoce en México y es en el único país en donde se
habla de deuda neta y no deuda bruta, en general una especie de cómo medir la
deuda, si le llamo bruta o le llamo neta; entonces, podría yo pedir prestado,
solicitar crédito y quedaría igual, pues eso es maquillaje, eso que están
proponiendo algunos es simulación, llámese como se llame va a ser deuda, aunque
sea clandestina, ¿a quién voy a engañar?
¿Y por qué insisten tanto en la deuda?,
¿para qué quieren más recursos?
Para rescates. Yo creo que vamos a tener
fondos suficientes para rescatar al pueblo y vamos a salir adelante. Y no
descartamos ninguna posibilidad, pero no nos vamos a ir a la primera de bruces
con lo que una y otra vez se ha aplicado y ha fracasado.
Miren, en todo el periodo neoliberal ha
habido corrupción, para entendernos -ojalá y me contestaran los expertos- en
todo el periodo neoliberal, que me contesten si es cierto o no, que me digan de
que en el periodo neoliberal ha sido cuando más se ha saqueado a México, en
toda la historia. El periodo neoliberal fue el periodo de mayor saqueo a
México, más que en la Colonia, que es decir mucho. Que me digan si es cierto o
es mentira.
Segundo, que me digan si es cierto o no
que, durante el periodo neoliberal, que ha imperado la corrupción o que imperó
la corrupción, cuando se profundizó más la corrupción fue en periodos de crisis
como este.
¿Cuándo toman la decisión del Fobaproa, de
convertir las deudas privadas en deuda pública?
En una situación como esta. Y si se va a
analizando, es cuando se han aprovechado más.
Y otra cosa que también se puede medir, y
ojalá los expertos me digan si es cierto o no, cuando más desigualdad social ha
habido en México es cuando más se han entregado a particulares, naciones y
extranjeros, los bienes del país.
¿Saben cuándo ha habido más desigualdad?
En el periodo de Salinas de Gortari,
cuando se entregaron todos los bancos y todas las empresas, cuando hubo el gran
remate, la piñata, fue cuando se profundizó más la desigualdad en el país, y
hay datos de lo que estoy diciendo.
Entonces, yo entiendo que hay ahora una
especie de desconcierto porque, imagínense, la colonización mental durante 36
años de predominio neoliberal, porque no fue nada más la política económica,
fue una avalancha de sofismas, de retacería ideológica, de sofismas, de
mentiras, de engaño.
Entonces, muy parecido a lo que sucedió
cuando el derrumbe de la Unión Soviética. Imagínense, quienes se formaron con
esa concepción de las cosas y de repente se derrumba, hubo desconcierto, ¿a
dónde vamos?, resulto que lo que yo defendía, en lo que yo creía; al final no
sirvió, no era real, pues es lo que está sucediendo, algunos, ese es el
pensamiento conservador.
Entonces, vamos a que saquemos adelante la
transformación, cambios, es el tiempo de profundizar en los cambios, no dar
marcha atrás.
Y todo el que quiera ayudar, que lo haga y
es bienvenido su apoyo, pero ya no más retórica, no demagogia, no politiquería,
definiciones y congruencia, definirse para ver qué de lado estamos, si queremos
que continúe el régimen corrupto, matizado, envuelto para regalo, pero al final
de cuentas corrupción, o nos definimos por el cambio verdadero, por la
transformación.
Yo ya estoy definido desde hace tiempo y
hay millones de mexicanos definidos, me lo dicen en la calle, me dicen: ‘Ni un
paso atrás, resista, aguante’, y muchos llegan a decir: ‘Es la esperanza’.
¿Y saben qué es la esperanza?
Una fuerza muy poderosa. Quisieron los
tecnócratas, neoliberales, corruptos, conservadores, robarnos hasta el derecho
a la esperanza y no lo lograron en situaciones muy difíciles, menos ahora. Vamos
a salir de esta crisis transitoria.
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