Rocío Nahle y el Presidente de México
Por LPO Daily y Nuestra Redacción
México demostró de ya no ser el “dejado” o “agachado”
del mundo al imponerse ante la Organización de los Países de Petróleo (OPEC) al
no aceptar la imposición de una reducción drástica de su producción petrolera para
aliviar la crisis energética ocasionada por las disputa entre Rusia y Arabia
Saudita, ocasionando una caída sin precedentes de los precios del crudo a nivel
mundial.
El presidente mexicano Andrés Manuel López
Obrador dijo el viernes 10 de abril pasado que de haber aceptado lo que la OPEC
proponía hubiera afectado mucho al país. Pero acordó que en vez de aceptar una reducción
de $400,000 barriles aceptando que solamente redujera a unos 100,000.
Obrador dijo que recibió una llamada del
presidente Donald Trump al saber que México había sido el único país que había votado
en contra de aceptar la cuota de reducción impuesta o pedida por la OPEC.
Obrador dijo que Trump le dijo que compensaría
el faltante al que México no quiso comprometerse. Logrando que la reunión de la
OPEP con Rusia y otros países petroleros terminara con un acuerdo similar al
que impulsó Trump, quien propuso que se recorte la producción mundial para
levantar el precio del barril y estabilizarlo en torno a un valor que aporte
algo de la certidumbre que se perdió en los últimos meses con la crisis del
coronavirus.
Otra e importante y significativa proeza de
México, es que la OPEC esta dominada por varones, la representación del país azteca
fue a cargo de una mujer, Rocío Nahle.
Como explicó LPO Daily, en un principio se
pensó en un objetivo global cercano a los 20 millones de barriles diarios de
recorte. Pero muy temprano se recortó ese objetivo a un ajuste de entre 10 y 12
millones de barriles para los próximos dos meses, en lo que -teóricamente- pasa
el pico máximo de la pandemia.
Esta posición fue la que más consensos
logró, aunque los ministros de energía de algunos países, como Arabia y Angola,
insistían con recortes más "audaces". En concreto, la mayoría de los
países optó por un recorte de 10 millones de barriles para mayo-junio, 8
millones de barriles para todo el segundo semestre de 2020 (julio-diciembre) y
6 millones de barriles hasta junio de 2022.
En ese marco, Arabia bajaría su producción
un 22%, tomando como base su producción de 11.3 millones de barriles, lo que
pondría su producción de mayo-junio en 8.75 millones. La misma cuenta aplicaría
para Rusia.
La idea era que los países externos al
grupo de países de la OPEP y Rusia también aportaran un recorte de unos 5
millones de barriles diarios. Ahí era donde entraban los recortes esperados
para países como Estados Unidos, Brasil, Noruega e incluso México.
El debate que generó cierta polémica se
centró sobre la base de producción que se tomaría para hacer el recorte de cada
país. Se imponía una base de cálculo de octubre de 2019.
México era uno de esos países. Según la
propuesta de los países de la OPEP y Rusia, México debía cortar 400 mil
barriles diarios de su producción, tomando como base 1,700,000 barriles, que es
básicamente el promedio de producción que tiene en los últimos tiempos.
Rocío Nahle planteó que había que poner a
México una base de producción de 1,900,000 barriles diarios, una postura que
hasta el momento no se termina de comprender: porque ese monto de producción
todavía no se ha alcanzado en México.
Kazakhstan y Brunei, que tampoco estaban en
principio de acuerdo con la base de producción que se les estaba imponiendo,
finalmente aceptaron el acuerdo. Nahle, en cambio, dijo que debía consultar con
Andrés Manuel López Obrador. Pasó más de una hora hasta que se volvió a sentar
en la reunión digital.
Al parecer, volvió a expresar su
inconformidad respecto a los recortes que se le querían imponer a México, y
habría dejado otra vez la mesa de negociaciones. Luego la secretaria de Energía
tuiteó que México aceptaba reducir pero solo 100 mil barriles diarios,
tomando como base los 1,75 millones de producción, o sea que bajaría a 1,65
millones diarios en rigor es la cifra de producción actual.
El detalle no pasó desapercibido y no
fueron pocos los países que consideraron obstruccionista la postura de México.
De todas maneras, incluso está muy moderada
oferta de México pone a López Obrador en una complicación severa: gran parte de
su apuesta es recuperar los niveles de producción de Pemex -que con Vicente Fox
llegó a tener un promedio de 3.2 millones de barriles diarios- para así
abastecer a las refinerías y evitar la importación de gasolinas desde Estados
Unidos.
Nahle convenció a López Obrador que podría
construir la refinería de Dos Bocas, que tendría una capacidad de refinación de
340,000 barriles diarios. En esa obra se invertirán -según los cálculos de la
Secretaría de Energía, objetados por especialistas- cerca de 8,000 millones de
dólares.
Como sea, el ajuste acordado este jueves en
la OPEP es el más grande de la historia y representa alrededor del 10% de la
demanda mundial antes de la crisis del coronavirus. Según lo pautado, la nueva
cuota de producción estará vigente para mayo y junio para después bajar a los 8
millones de barriles hasta fin de año. Ya en 2021, el recorte quedaría acotado
en 6 millones de barriles hasta el mes de abril.
Aun así, la cotización del Brent no
registró ningún salto y permaneció constante en 32 dólares el barril, con una
gran volatilidad en el medio por la incertidumbre de la reunión en Viena.
Sucede que el propio secretario general de
la entidad, Mohamed Barkindo, comenzó la reunión afirmando que el excedente de
crudo alcanzaba los 14,7 millones de barriles diarios. Es decir, que la OPEP
reconoce que todavía falta reducir unos 4,7 millones de barriles para lograr
cierto repunte de los precios.
Ahí es donde entraría Estados Unidos y el
resto de los países del G20, a los que la OPEP les solicita -lejos de las
exigencias de principios de la semana- colaborar con un recorte de 5 millones
de barriles adicionales. No casualmente los ministros de energía del G20 tienen
previsto un encuentro para este viernes.
Sin embargo, muchos analistas se muestran
escépticos a una suba sustancial de los precios dada la magnitud de la recesión
que trae aparejado el coronavirus. De acuerdo a la Agencia de Energía de los
Estados Unidos, la producción de crudo de dicho país bajaría en 470.000
barriles por día y la demanda se desplomaría en unos 1,3 millones en
2020.
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