Dr. Jorge A. Lera Mejía
Después de escuchar el 5° informe de gobierno Federal, que no un
Plan Nacional de Emergencia Económica y Sanitaria, desde el domingo se palpa en
el ambiente social una especie de esperanzas perdidas.
Incluso, podemos notar que los directamente beneficiados con los
apoyos asistencialistas de la 4T, dígase adulto mayor, personas con
discapacidad, jóvenes estudiantes, entre otros, expresan sorpresa y desánimo.
El hecho de estar en cuarentena forzosa, sin asistir a clases, no
poder desempeñar las actividades laborales en forma normal, ver afectadas las
necesidades mínimas de convivencia y deportivas, provocó en la mayoría de los
mexicanos desánimo y apatía.
Lo más lamentable, fue precisamente escuchar a un dirigente ausente,
desencajado, solitario e inexperto, mostrando la antítesis de las formas de
política y buen gobierno, una especie de muestra de no saber los principios
mínimos del manejo de la economía ortodoxa de pandemias, manejo y
administración de crisis.
Escuchar que en tiempos que solo en EUA reconocen las autoridades
que ya van perdidos 10 millones de trabajos formales, y que al cierre del 2020
estiman que la pérdida de empleos será superior a los 20 millones, cuando
nuestro presidente con falso optimismo prometió que de abril a diciembre
provocará al menos 2 millones de nuevos empleos, desconociendo que los
gobiernos jamás son las instituciones que los ofrecen, siendo solamente las
empresas MiPymes y grandes las que los ofrecen a base de esfuerzo, sacrificios
y creatividad.
Pensar que con la malversación sin control ni mediciones
transparentes, del gasto público confiscado o expropiado de los fideicomisos
recientemente anunciado, que con un monto aproximado de los 740 mil millones de
pesos, serán la tabla de salvamento, debido que dejarán de ser garante del
motivo por el cual fueron diseñados, ahora por caprichos de una sola persona,
se desviarán hacia la consecución de las obras mal diseñadas y sin viabilidad
del mandatario. Significa que ahora el dinero público aportado por los
impuestos de todos los mexicanos, serán utilizados para construir obras fuera
de contexto y de justificación en tiempos inéditos de esta doble crisis
económica y sanitaria.
Lo más grave, es ver caer y desbaratar todas las cadenas productivas
del país, reflejadas más sensiblemente en las micro, pequeñas y medianas
empresas, que con falso concepto ideológico, las califica como representantes
de una mancha considerada de neoliberales y fifís.
Grave distorsión de una realidad paralela, cuando la mayor parte de
los empresarios mexicanos son del esfuerzo y sacrificio, los héroes que día a
día se levantan y luchan por sobrevivir ante las calamidades de ser emprendedor
y empresario en este pobre país en manos de funcionarios corruptos,
organizaciones criminales que les cobran cotidianamente derechos de piso,
impuestos descomunales como ISR, IVA, IEPS, entre otros más, volviendo la
actividad económica como fuera de viabilidad y capacidad de superación.
Con la frase desgastada y demagógica de apoyar primero a los pobres,
con becas y regalos improvisados e improductivos, sacrificando de tajo a los
productores y empresarios que son los que dan vida y realidad a la nación.
Sin embargo, en los últimos 30 días trasciende por INEGI, la pérdida
de más de 300 mil empleos formales en la economía mexicana, sin tomar en cuenta
que por cada empleo formal, en nuestro país existe 1.2 empleos informales ya
que el 60 % de los trabajadores mexicanos están ocupados sin recibir
prestaciones. Esto indica que en lugar de apoyar con becas asistencialistas, el
gobierno debe subsidiar con apoyos directos y créditos blandos a las MiPymes
para amortiguar dicho desempleo, sin olvidar una política de diferir impuestos
a las empresas en lo que dura la contingencia. Esto el gobierno federal no lo
ha querido entender ni aplicar.
Pobre hombre que no entiende que no entiende, pobre México que tiene
a un dirigente que solo se escucha a sí mismo, pobre país que no tiene partidos
políticos serios y aguerridos que nos representen a la mayoría de las gentes de
bien.
Espero que cuando el presidente se dé cuenta del grave error que
comete por no abrirse al diálogo y conciliación, cuando no se pueda dar marcha
atrás al destrozo de nuestras cadenas productivas, no sea entonces muy tarde.
México merece ser respetado y gobernado por autoridades que no distingan
liberales y conservadores, pobres y ricos, obreros y campesinos, que gobierne
sin distinción de razas, colores y sabores. Basta de polarizar y ya es la hora
de gobernar y dejar de lado seguir en campaña. Los tiempos del voto se
terminaron desde Julio de 2018.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario