Por Armando García
Editor y Fundador de Nuestra América Magazine
El presidente Donald Trump, a medida que se
acerca el día de las elecciones para reelegirlo, se ve que está desesperado. La
crisis de la pandemia del Coronavirus, realmente, será lo que lo hará pasar a
la historia , y lo repito de nuevo, como un mandatario que le quedó
muy grande el saco de la presidencia.
Trump, no es un estadista, es un racista, que
solamente le importa las ganancias económicas para su propio bolsillo y quedar
bien con sus similares en el poder económico del país. Una persona que ante su
electorado simpatizante, que lo ovaciona, utiliza lenguaje demagógico
levantando pasiones patrióticas, con discursos antidemócratas, adjetivos xenofóbicos contra las minorías tanto
nacionales como extranjeras.
Trump, no supo tener una política de control de
la pandemia. Bien pudo aceptar las vacunas en el mundo, como el fármaco cubano,
que ha salvado vidas en otras partes. Pero como eso no le deja billetes,
abandona o deja a la merced de los estados lidiar con la pandemia, ocasionando
pugnas entre la federación y gobernadores estatales, en particular lo que no
son los de su partido.
Trump, con sus decisiones clasistas y racistas a puesto
a prueba los límites de las familias inmigrantes. Casi todas realizan trabajo esencial
para la supervivencia de nuestro país. Al igual que millones de
estadounidenses, los inmigrantes están perdiendo sus empleos y el acceso a la
atención médica, a medida que la pandemia empeora. El Congreso ha excluido a
los inmigrantes indocumentados de recibir ayuda económica; aun a pesar de que pagan
impuestos como cualquier otra persona
El mandatario, hasta ha dicho que considera
posponer la elección del 3 de noviembre, debido a que tiene el temor de que habrá
fraude si la gente presenta su sufragio a través del correo. Considero que
Trump, esta dando patadas de ahogado, porque si el pueblo vota masivamente, y más
en su contra, como lo fue en el 2016, ahora debido a su baja popularidad, no podrá
conseguir los votos delegacionales del Colegio Electoral, quien decide quién será
el próximo presidente de la nación.
Trump esta actuando como un dictador
tercermundista al criticar a los medios que no hablan bien de él y, hasta
enviar agentes federales a reprimir a los manifestantes que exigen igualdad y
justicia social. Las calles de varias ciudades del país, ya lucen como las
calles de los países latinoamericanos bajo dictaduras militares o policiales,
donde la ciudadanía se esconde, para evitar ser arrestada, reprimida, evitando así
que se violen sus derechos más fundamentales.
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