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Por Armando García
Editor y Fundador de Nuestra América Magazine
Como el Excelentísimo Presidente de los Estados
Unidos Mexicanos, fue recibido en Washington, Andrés Manuel López Obrador
(AMLO). Tal término, sin lugar a dudas fue una cubetada de agua fría para los
adversarios de AMLO, tanto dentro y fuera de México.
Tal adjetivo, es indudablemente de respeto a la investidura
presidencial de una persona que luchó bastante en su carrera política para
llegar a ocupar el Palacio Nacional y empezar una transformación al país, la
cual no tiene contentos a la derecha neoliberal, a los burgueses, a los
capitalistas, clasistas y racistas de México; los cuales se han manifestado en
su contra, hasta el colmo de lanzar amenazas de muerte contra el presidente y a
sus allegados.
La visita de AMLO a la Casa Blanca, da una lección
a los presidentes considerados de izquierda en América Latina. AMLO en 2017
catalogo a Donald Trump como un “neofascista”
por sus expresiones contra la población migrante y hasta presentó demandas
internacionales en contra de la Casa Blanca.
Pero ya en el poder, AMLO, en lugar de lanzarse
contra Trump, prefirió ir por el lado amable y amigable y le ha resultado, los
dos mandatarios se llevan muy bien. Eso quiere decir, que ya no se está en una época
de estar peleando contra el imperio arrogante, sino de hablar de igual a igual,
limando asperezas para salir adelante.
Donald Trump, nunca será amigo de los mexicanos,
pero por beneficio de los países que componen el T-MAC, tiene que sentarse a
negociar con AMLO para que EE. UU. salga airoso comercialmente no solamente en
los tiempos de la pandemia y a largo plazo. El T-MAC es considerado el acuerdo
comercial más importante y grande del mundo.
AMLO, tuvo un error estratégico al no reunirse
con representantes de los inmigrantes mexicanos en EE. UU. Reunión que bien
pudo haberse realizado el viernes posterior a su visita a la Casa Blanca y hacerse
dentro de la Embajada de México.
Ya que a los inmigrantes les interesa mucho el
muro fronterizo, el futuro de soñadores DACA, la reforma
migratoria y las violaciones de derechos humanos en Estados Unidos; entre otros
temas. Todo eso, aunque AMLO diga que lo pensó, o que lo habló con Trump, no
fue suficiente. El pueblo mexicano en EE. UU. quería ver, estrechar, saludar a
su presidente.
Los medios mexicanos que cubrían la visita, con excepción
de las redes sociales de la Cuarta Transformación; les importaban más los
reproches de los enviados de los adversarios del presidente, mas que el apoyo
de los “héroes vivientes”, que viajaron de diferentes parte de la Unión
Americana para ser parte de la historia y ver, aunque haya sido de lejos, ver a
su presidente.
Durante la ceremonia de firma de acuerdos
conjuntos, AMLO reafirmó que agradece a Trump que vea México como una nación independiente
y no como una colonia. Además le reiteró su agradecimientos por la ayuda
brindada para combatir la pandemia con el envío de insumos. AMLO también hizo
referencias históricas abarcando hasta el Siglo XIX con la relación entre
Abraham Lincoln y Benito Juárez.
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