Autora: América Santiago. Todos los derechos reservados.
Sol de invierno, tenuemente tibio, quedó plasmado en mi piel esta tarde de
sábado 25 de julio, mientras desde un balcón mi lejana mirada se perdía en la
contemplación del horizonte con destellos dorados, luminosos, que embriagaron
mi alma y corazón.
Sol de invierno dorado que atrapó mi sensibilidad. Quise plasmar poesías, pero
sólo surgieron mis suspiros embelesados, callados y apasionados. Sol de
invierno dorado donde el momento exacto surge fascinante y fugaz, éxtasis que
nos ofrece la naturaleza besando nuestra voluptuosa existencia.
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