Por Jesús Murillo Añez
Este pasado lunes, la Clínica
Internacional de Derechos Humanos (IHRC, por sus siglas en inglés) organización
integrante de la Facultad de Derecho de la Universidad de Harvard y la Red
Universitaria por los Derechos Humanos (UNHR) denunciaron mediante un informe
de 92 páginas “patrones desconcertantes de violación de derechos humanos”
cometidos por el gobierno de la presidenta Jeanine Añez en noviembre de 2019.
El informe, titulado “’Nos
dispararon como si fuéramos animales’, Noviembre Negro y el Gobierno Interino
de Bolivia”, fue elaborado tras seis meses de investigación en
Bolivia, periodo el cual integrantes de IHRC y de UNHR entrevistaron “a más de
1.000 víctimas, testigos, periodistas y funcionarios”, documentando así
gravísimas violaciones a los Derechos Humanos cometidas tras que el gobierno de
Añez llegara al poder en noviembre del 2019.
Fue presentado mediante un comunicado de
prensa de la IHRC, que señala que “El reporte documenta uno de los periodos más
letales y represivos de las últimas décadas en Bolivia, así como el miedo
creciente de comunidades indígenas y personas críticas con el gobierno, por
cuanto sus vidas y su seguridad están en peligro”. Por su parte, Thomas Becker,
abogado internacional que formó parte de la comisión investigadora, señala que
“Estos abusos crean un ambiente que ha socavado la posibilidad de unas
elecciones libres y justas”.
Según testigos presentes en Sacaba y
Senkata, lugares donde hubo protestas de la población civil, militares y
policías dispararon –sin aviso previo– contra civiles desarmados, incluidos
aquellos que estaban ayudando a los heridos, lo que constituye una violación
directa al derecho a la vida. También golpearon brutalmente a los manifestantes,
haciendo uso de un lenguaje racista y anti-indígena mientras los atacaban.
Además de estos asesinatos, los abusos
incluyen torturas cometidas por las fuerzas de seguridad –a menudo, en
colaboración con grupos paraestatales– que actuaron en vecindarios, hospitales
y escuelas cercanas al lugar de la matanza, donde acosaron, golpearon y
detuvieron a habitantes de la zona. Por ejemplo, la policía arrestó a Kevin
Calle, un niño con discapacidad, junto con su hermano y hermana, acusándolos de
terrorismo. Los tres fueron torturados bajo custodia.
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