Por Abraham Vidales y Nuestra Redacción
Los
Estados Unidos de Norteamérica, es el país más cercano a México y su
colonización de la que hemos sido sus conejillos de indias para todo tipo de
sus experimentos, poblacionales, territoriales, sociales coloniales,
educacionales, políticos, de valores familiares, expansionistas, comerciales
etc. Y como animales de laboratorio sus experimentos no han sido a corto o
mediano plazo solamente, sino también a largo plazo.
¿Por
dónde empezar?
Tal
vez una de las trancas más difícil de derribar en México ha sido para los Estados
Unidos Norteamericanos, fue el nacionalismo después de la pérdida de la mitad
del territorio de México efectuada en la 2a. Transformación y donde nace o se
consolida la clase conservadora como partido nazi primero y después como
Partido de Acción Nacional, tratando de conservar el pensamiento radical del
Partida Nacional Socialista de Alemania, quienes en la época juarista traen a
un archiduque a gobernar a México con la anuencia eclesiástica que esperaba con
esta acción recuperar el poder que les había quitado Juárez al separar la
iglesia del estado.
Para
recordar esta parte histórica habría que recordar que la invasión
norteamericana fue avalada por el clero y sumándose a los invasores
solicitándoles que les regresarán las prebendas que les habían quitado las leyes
juaristas, a cuya petición los invasores (sin comprometer nada) solicitaron la
ayuda del clero que desde sus pulpitos eclesiásticos anunciaron que
"cualquier mexicano que atentar a contra la vida de un gringo sería
excomulgado por la iglesia católica", (causa por la cual los gringos
penetraron a nuestro territorio sin muchos problema de resistencia hasta llegar
a la capital) sin embargo si hubo escaramuzas en algunas partes del país de
mexicanos que se opusieron a la invasión norteamericana.
A
grandes rasgos fuimos invadidos los mexicanos y las batallas más importantes
que nos enseñaron en las escuelas fue la de los niños héroes (que fue una
mentira) cuyos alumnos fueron enviados a casa cuando se enteraron de la
cercanía del ejército norteamericano a la capital, hecho que después
abordaremos, ya que la verdadera batalla y la más importante de ese día fue la
del convento de Tacuba y los verdaderos héroes fue el Batallón de San Patricio.
Ese
batallón se trataba de un grupo militar compuesto de inmigrantes europeos, en
su mayoría irlandeses y alemanes, que formaban parte del ejército invasor estadounidense.
Pero desertaron de las filas invasoras en señal de rebeldía porque ya estaban hartos
de las burlas y los castigos que los estadounidenses les ponían por ser
católicos, y terminaron por sentirse más identificados con los
mexicanos.
John
O’Riley, junto con Patrick Dalton, formaron entonces el Batallón de San
Patricio, al que más tarde se unieron escoceses, ingleses, polacos y
franceses. Pronto el grupo reunió cientos de soldados, que tomaron al santo
patrono de Irlanda para nombrar su colectivo.
La
bandera que utilizaban era verde. De un lado tenía la frase Erin Go Bragh (Irlanda
por siempre) en letras doradas, y en el otro figuraba una imagen del santo,
quien introdujo la religión católica en Irlanda.
El
primer combate de los también llamados San Patricios como parte
del Ejército Mexicano fue la Batalla de Monterrey, el 21 de septiembre de
1846, con una batería de artillería bajo el mando de O’Riley, quien rápido
asumió el cargo de comandante de este nuevo grupo militar.
Todos
estos datos son para entender la realidad de la penetración e imposición
norteamericana en la patria mexicana y que concluye en el "Tratado de
Bucareli", que no es otra cosa más que la aceptación de México de no
fabricarlo, ni comprar material bélico a ningún otro país que no fuera los Estados
Unidos Norteamericanos y controlar los adelantos científicos para mantenernos
ignorantes de los adelantos que pudieran estar en riesgo en el patio trasero de
los norteamericanos, controlando nuestra fuerza y calidad bélica, y evitar
represalias de nuestro país durante 100 años.
El
Tratado de Bucareli, firmado en 1923, bajo el gobierno de Álvaro Obregón, fue
un pacto entre los gobiernos de ambos países. El tratado buscaba canalizar las
exigencias de ciudadanos estadounidenses por presuntos daños causados a sus
bienes por guerras internas (Revolución Mexicana) durante el período
comprendido entre 1910 y 1921. En 1924, bajo el gobierno de Plutarco Elías
Calles, uno de los principales puntos de discordia entre Estados Unidos de Norteamérica
y México todavía era el petróleo. Calles rápidamente rechazó el Tratado de
Bucareli de 1923 y comenzó a redactar una nueva ley sobre el petróleo que
cumpliera estrictamente y con apego al artículo 27 de la Constitución. La
reacción del gobierno de Estados Unidos fue inmediata. El embajador estadounidense
en México, James Rockwell Sheffield llamó a Calles "comunista", y
el Departamento de Estado de Estados Unidos emitió una amenaza contra
México el 12 de junio de 1925. Calles nunca se consideró a sí mismo como
comunista, pero consideraba la revolución como una forma de gobernar más que una
posición ideológica.
La
opinión pública en los Estados Unidos Norteamericanos se tornó en contra de la
política mexicana cuando la primera embajada de la Unión Soviética, nunca
establecida, se instauró en México; ocasión en la que el embajador de dicha
dependencia señaló que "ningún país muestra más similitudes que la Unión
Soviética y México". Después de esto, algunos miembros del gobierno de
Estados Unidos Norteamericanos, comenzando por Sheffield, consideraron que
México era el segundo país bolchevique en la Tierra; y comenzaron a
referirse a él como "México Soviético".
Algo
similar ocurre actualmente con países neoliberales que no se alinean a la forma
de pensar de Estados Unidos de Norteamérica, en nuestro continente lo vemos
claro con Cuba, Nicaragua y Venezuela, que luchan contraatacando la influencia
e imposiciones de los Estados Unidos, incluyendo a todas las civilizaciones del
mundo, demostrando su interés de imponer sus costumbres, valores y formas de
vivir.
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