Por
José Negrón Valera
Conforme
se escribe este artículo, la tensión aumenta en el Caribe. Cinco buques iraníes
con gasolina zarparon de costas de ese país para abastecer al país
suramericano.
Desde
la Casa Blanca se han proferido amenazas contra la iniciativa, mientras que el
Ministerio de Relaciones Exteriores iraní advirtió a Estados Unidos de que
cualquier ataque a sus buques cisterna y petroleros son "ilegales,
peligrosos y provocativos" y que se reserva tomar las medidas adecuadas
para responder a cualquier agresión.
Mientras
tanto, el presidente Nicolás Maduro ha ordenado el despliegue de los ejercicios
militares Escudo Bolivariano Caribe I en la isla de la Orchila y
el ministro de la defensa, Vladimir Padrino López, informó que la Fuerza Armada
Nacional Bolivariana (FANB) protegería
las embarcaciones, no más tocaran aguas venezolanas.
Los
análisis y prospectivas se despliegan con la velocidad con que lo permiten las
nuevas redes de tecnología. Sin embargo, visto el escenario actual, con un
Estados Unidos que ha quedado desnudo en sus debilidades por culpa del
coronavirus, la dificultad que implica una agresión contra Irán, que podría
significar un nuevo desequilibrio en el ya golpeado mercado energético mundial,
tal parece que dos cosas van a sucederse: los barcos llegarán sin contratiempos
y Estados Unidos dará un paso más en su declive como potencia hegemónica.
Palabras
proféticas
Hace
poco más de un año, el internacionalista Martín Pulgar, hacía una reflexión que
en la coyuntura actual ahora cobra plena vigencia.
"Hay
que recordar que Estados Unidos se hizo imperio a través del control del
Caribe. Ellos se consideran imperio a través de lo que llaman el mediterráneo
americano. Si tú no controlas tu extranjero cercano y lo dominas, no eres
potencia, pierdes peso en la geopolítica mundial", afirmó.
Pulgar
tenía claro que una situación tan extraordinaria como el que Irán y Venezuela
generen un reto semejante, solo podía significar una sola cosa: "El fin
del imperio, así como ellos lo ven".
El
germen de cercar a Venezuela en el Caribe fue expuesto en una reunión secreta
del think tank estadounidense Centro de Estudios
Estratégicos e Internacionales (CSIS), llevada a cabo el 10 de abril del 2019.
Uno
de los invitados a la reunión fue Fernando Cutz, a quien el periodista Max
Blumenthal ha llamado "el arquitecto del golpe de Estado en
Venezuela".
Cutz,
quien perteneció al Consejo de Seguridad Nacional del Grupo Cohen, asesoró
estrechamente al embajador estadounidense William Brownfield, en torno a una
estrategia para "dividir el círculo íntimo de Nicolás Maduro",
reportó Blumenthal en su momento.
Cutz,
siempre tuvo clara la estrategia. En una declaración publicada por el diario La
Vanguardia sostiene que en el caso venezolano "no es posible una invasión,
pero algo de baja intensidad, como un bloqueo naval, tal vez serviría para
salir de esta situación de tablas", afirmó.
Para
Carlos Machado, politólogo y jefe de sala situacional en el Observatorio
Internacional de la Juventud y los Estudiantes de Venezuela, la idea del
bloqueo no es solo un ejercicio de presión a Venezuela, sino precisamente de
hacer explícito el poder de Estados Unidos en el hemisferio.
"Si
lo llevamos al contexto del océano Atlántico, podría verse cómo la influencia
que ejerce Estados Unidos desde su costa sur hacia el mar Caribe ya que desde
la perspectiva del teórico Alfred Mahan, el país norteamericano debía conservar
al golfo de México y al mar Caribe como zonas exclusivamente estadounidenses y
también debía evitar por cualquier medio el dominio de cualquier otra potencia
extranjera", afirma.
El
inminente arribo de los buques iraníes hacia Venezuela, ha provocado en palabras
de Machado que "el Gobierno de los Estados Unidos comience a pronunciarse
de forma desaforada ya que para ellos se está violentando su espacio vital y a
su vez caen en el dilema de ¿si entran en un conflicto directo con Irán? O no,
porque hay que señalar que la guerra a nivel naval involucra mucho desgaste y
ambos ejércitos están muy bien equipados".
Argumentos
presentes
Nicolás
Goschenko Spokoiski, comodoro mayor, presidente de la Organización de
Salvamento y Seguridad Marítima de los Espacios Acuáticos de la República
Bolivariana de Venezuela, afirma sin filtros que más allá de los deseos,
"Estados Unidos no tiene el poder para evitar el ingreso de los buques
iraníes".
Su
lógica parece abrazar la belleza de la sencillez. A su juicio, Estados Unidos
siempre ha evitado emprender guerras abiertas cerca de sus fronteras, si
los barcos ya han pasado por el mediterráneo y el estrecho de Gibraltar, no
será en el Caribe donde sean atacados.
Sin
embargo, el que una agresión directa sea descartada es imposible prever que el
despliegue hecho por Estados Unidos y sus socios militares de la OTAN, no pueda
ser usado para provocar un falso positivo considera el analista.
"La
fuerza de tarea naval multinacional Europea, se mantiene operando con
precauciones, debidas a las medidas preventivas ante la COVID-19. No da
muestras de cumplir en exclusiva una misión combinada, pero no se puede descartar
que no lo hagan. En especial con Holanda y Francia", apunta.
Según
datos aportados por Nicolás Goshenko, para el jueves de 14 de mayo, las
ubicaciones de las distintas fuerzas militares en el Caribe eran las
siguientes.
"Los
buques de guerra de los EE. UU., USS KANSAS CITY LCS22, estaban atracados en el
puerto de Colón, canal de Panamá; dos al asur de Cuba y otros dos al sur de
Jamaica. El Comando Sur reportó que había cuatro buques en patrullaje, el buque
de vigilancia litoral USS DETROIT LCS7, los destructores USS PREBLE DDG88, USS
LASSEN DDG82 y USS FARRAGUT DDG99. Dos de ellos eran escoltas del portaviones
USS HARRY TRUMAN CVN75 en el despliegue que hizo a Medio Oriente. En relación a
los buques de Holanda: el destructor HMNLS ZEELAND operaba con los Guardacostas
de Curazao, DCCG P810 JAGUAR y P811 PANTHER. Además, las fuentes abiertas
revelaron que se hicieron varios vuelos de aviones con tareas de inteligencia
en el Caribe: a las 22 hrs avión P3 OMAHA 45 y OMAHA 49, en misión al sur de
República Dominicana y Bahamas. Avión DC10 30 SPUR52 83-0079 en la costa de
Nicaragua".
Sin
embargo, más allá de mostrar músculo a través del despliegue, el analista
Carlos Machado considera que a Estados Unidos no le queda más opción que
decantarse por aplicar medidas de sanción administrativa y comercial a los
buques. Es decir, continuar ejerciendo presión no a través de la agresión
militar directa, sino de las medidas coercitivas unilaterales que le dificulten
aún más a ambos países establecer relaciones comerciales con libertad.
Bloquear
marítimamente a Venezuela, no es posible si la determinación de dos pueblos es
lo suficientemente fuerte y sincera. Por tanto, así como lo afirmamos hace ya
un año: "Si hacemos una sumatoria, las condiciones para que se cumplan los
planes de los asesores de seguridad nacional de Trump y el Pentágono en torno a
un bloqueo naval, existen. Sin embargo, para que los planes se pongan en
práctica, y más aún, tengan éxito deben suceder muchas otras circunstancias.
Una de ellas, y es a la que más deben estarle dando vueltas los militares y
políticos en Washington, es: ¿vamos a impedir que un avión o barco ruso, chino,
iraní o turco entre a Venezuela con alimentos y medicinas? Y de ser positiva la
respuesta, surgiría una última y muy importante cuestión ¿cómo lo harían? No es
del todo fácil, verle la cara a la tercera guerra mundial ¿verdad?".
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