Por Sergio
Pintado
La
llegada de los buques iraníes con combustible a las costas venezolanas
demuestra que hay una alternativa al "mundo de imposiciones" de EEUU,
dijo a Sputnik el analista venezolano Sergio Rodríguez Gelfenstein. El experto
explicó por qué EEUU debe pensar bien antes de emprender acciones contra la
alianza de Venezuela e Irán.
La
llegada a la costas venezolanas de cinco buques con gasolina enviados por la República
Islámica de Irán marca un hito "muy importante para
Venezuela y para Irán pero también para el mundo", dijo a Sputnik el
analista internacional venezolano Sergio Rodríguez Gelfestein.
Para el
experto, la asistencia energética de Irán a Venezuela es la confirmación de que
"existen mecanismos de solidaridad entre los países en función de
enfrentar la hegemonía imperial de EEUU". La alternativa a ese modelo,
remarcó, es "aceptar que vivimos en un mundo de imposiciones, sanciones y
bloqueos por decisión unilateral de una potencia mundial".
Rodríguez
Gelfenstein enfatizó que, si bien se trató de un intercambio comercial entre
ambos países, la llegada de los buques también tiene un "efecto
político". En ese sentido, valoró la "voluntad y valor político"
de Irán, dado que sus barcos efectivamente "corrieron riesgo" al
adentrarse en el Caribe en medio de amenazas desde EEUU.
En
efecto, para el especialista la asistencia de Irán a Venezuela podría haber desatado
"una conflagración que se iba a desarrollar simultáneamente en el Caribe y
en el Golfo Pérsico y que iba a afectar a toda América Latina y a todo el
mundo".
La
respuesta de la Casa Blanca
"No
estamos hablando de una cooperación militar sino de una simple operación
comercial que EEUU ha transformado en una acción casi de carácter militar con
amenazas y movilización de barcos destructores", apuntó. De todos modos,
el especialista destacó como algunos sectores militares estadounidenses
lograron moderar las posturas más belicistas del presidente Donald Trump y su
secretario de Estado Mike Pompeo.
Para
comprender por qué EEUU no intentó detener la llegada de los buques, Rodríguez
Gelfenstein apeló en primer lugar a la gravedad que la pandemia de COVID-19
está teniendo en EEUU, incluidas sus Fuerzas Armadas. "Cuatro de los 11
portaviones estadounidenses están parados, también lo están varios destructores
y, si bien no tenemos las cifras, sabemos que muchas bases militares
estadounidenses están afectadas por el virus", señaló.
"El
potencial militar de EEUU está afectado [por el coronavirus], como el de
cualquier país, por lo que distraer a las Fuerzas Armadas en una intervención
militar en medio de una pandemia no sería entendido ni siquiera por la opinión
pública estadounidense", analizó.
El
experto venezolano recordó además que la Casa Blanca está presionada por una
ley aprobada en febrero por el Congreso que obligaba al mandatario a consultar
al parlamento antes de adoptar cualquier resolución militar contra Irán. Si
bien Trump vetó esa ley a comienzos de
mayo —y el Senado no consiguió los apoyos necesarios para
levantar el veto— Rodríguez Gelfenstein consideró que "si Trump
hubiera desatado alguna acción militar contra un barco iraní sería sujeto
de impeachment, lo que seguramente iba a significar el fin de su sueño de
dar continuidad a su Gobierno por cuatro años más".Sin embargo, esto no
quiere decir, según el especialista, que EEUU no tome ninguna acción en el
futuro. Para Rodríguez Gelfenstein, Washington no intentaría en Venezuela
"una intervención con marines desembarcando en una playa, como era el
modelo clásico de EEUU en los siglos XIX y XX". Una respuesta militar por
parte de EEUU llegaría "con el modelo que está de moda ahora: el de la
tercerización con las miles de empresas de mercenarios que hay en EEUU o con
el paramilitarismo colombiano financiado con el narcotráfico".
El analista recordó que este último modelo fue el utilizado en la fracasada
incursión marítima de comienzos de mayo.
De
cualquier modo, Rodríguez Gelfenstein apuntó que la intervención estadounidense
en Venezuela "ya se está desarrollando" a través de "un cerco
comercial, un cerco diplomático y un cerco político" que han llegado
incluso, recordó, a la intervención del espacio electroacústico venezolano.
¿EEUU le
teme a Irán?
Para
Rodríguez Gelfenstein, otro factor clave para que la llegada de buques a la
costa venezolana es la "capacidad de respuesta" demostrada por Irán
cuando se siente agredido. Mencionó el caso de la firme postura iraní cuando su
buque petrolero Adrian Dary fue retenido en Gibraltar en 2019 o los bombardeos
iraníes a bases estadounidenses en Irak a comienzos de 2020, como respuesta al
asesinato del general iraní Qasem Soleimani.
"Los
iraníes tienen voluntad y capacidad de respuesta política y militar. Eso
también moderó e hizo capitular a los militares de EEUU, que entendieron que
iban a tener una guerra en el Caribe, muy cerca de su territorio, y
consecuencias incalculables en Oriente Medio", apuntó el experto.
El
analista recordó que las principales instalaciones petroleras de Arabia Saudí,
Kuwait y Emiratos Árabes Unidos se encuentran "a un tiro de cañón" de
Irán y que sostuvo que un conflicto en el Golfo Pérsico haría que Irán cierre
inmediatamente el Estrecho de Ormuz, "por el que transita el 75% de la
energía mundial", provocando desabastecimiento a Europa, Japón, China y el
este de Asia.
Irán,
aliado lejano para una América Latina "retrógrada"
A pesar
del éxito de la colaboración entre Venezuela e Irán, Rodríguez Gelfenstein
desestimó que el resto de los países de la región logre ver a Teherán con mejores
ojos. La razón fundamental de eso es la "lealtad" a EEUU de las
élites latinoamericanas y la falta de integración de la región.
"América
Latina es el continente más retrógrado políticamente hablando del
mundo. En África existe la Unión Africana, en Europa la Unión Europea y la
Asociación de Estados del Sudeste de Asia, por ejemplo. En todo el mundo
existen mecanismos de integración menos en América Latina", sostuvo.
Según el
analista internacional, las élites latinoamericanas hacen que la región sea
"la única en el mundo en el que sigue imperando el criterio de la Guerra
Fría", al punto de que se crean mecanismos de concertación política como
el Grupo de Lima, "únicamente para destruir a un Gobierno".
Rodríguez
Gelfenstein señaló que si bien las élites de América Latina están
"subordinadas" a EEUU, se permiten mantener relaciones comerciales
con China porque "es el único lugar del mundo en el que hay dinero y
pueden colocar sus productos" y se trata de sectores "muy
pragmáticos".
Sin
embargo, la situación cambia con respecto a Irán, que tiene una relación
comercial con América Latina mucho menor y se encuentra "sometido a un
bombardeo mediático que busca desvirtuar sus objetivos y principios" como
consecuencia de erigirse como "el país que ha asumido la resistencia
contra la dominación imperial de EEUU en Oriente Medio".
En ese
contexto, "las oligarquías latinoamericanas, que no tienen en Irán la
necesidad que tienen con China, siguen los dictados de EEUU ciegamente y por
tanto es muy difícil que este hecho signifique cambios en las relaciones".
No hay comentarios.:
Publicar un comentario