Por Armando García
Editor y Fundador de Nuestra América Magazine
Desde que Julián Castro, ex secretario de
vivienda y ex alcalde de San Antonio, Texas abandonó su intentona de ser el
nominado demócrata para contender contra Donald Trump, se perdieron las
esperanzas de tener un latino como presidente de Estados Unidos.
Ahora que Joe Biden, será considerado muy pronto
el elegido del partido demócrata para enfrentarse a Trump en los comicios de
noviembre, no hay indicios claros de que Biden realmente le interese el voto
latino, ya que ni siquiera ha hablado, y mucho menos ha recibido el respaldo de
Julián Castro, ni su campaña parece haber pedido ayuda a legisladores y
estrategas latinos.
Pero debido a tanta crítica que ha circulado,
Biden responde ocupando a Julie Chávez Rodríguez, la nieta del extinto César Chávez,
para que trabaje en su campaña y, es obvio que es una táctica de utilizar a
personas con apellidos famosos y de piel morena para atraer el voto latino.
Su nombramiento de personas de color puede ser algo bueno para ellos; pero, incorporar a cualquier individuo no es suficiente, una táctica de los años 60s y 70s, para quedar bien con los Latinos y conseguir sus votos. Pero después de la elección, se olvidan de ellos.
Su nombramiento de personas de color puede ser algo bueno para ellos; pero, incorporar a cualquier individuo no es suficiente, una táctica de los años 60s y 70s, para quedar bien con los Latinos y conseguir sus votos. Pero después de la elección, se olvidan de ellos.
La campaña principal de Biden tuvo una relación
distante, si no "tensa", con los votantes latinos, ya que no solo descuidó
acercarse a ellos, sino que nunca rectificó su conexión con la política de
deportación agresiva de la administración Obama.
Se espera que alrededor de 32 millones de latinos
sean elegibles para votar en los Estados Unidos este otoño, lo que los convierte
en el bloque de votación no blanco más grande del país.
Eso da una idea de cómo es o será el presunto
candidato demócrata, partido que se supone es de la gente trabajadora y de las
minorías. Lástima que Biden este apartado de los latinos, la segunda fuerza y
minoría del país, la cual si se le organiza y se le levanta la conciencia de la
verdadera importancia del voto, podría hacer la diferencia en las elecciones de
noviembre.
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