Por Luis Alfonso Mena S.
Ante la mordaza mediática impuesta por el
imperialismo norteamericano y sus títeres contra la República Bolivariana de
Venezuela y el derecho de los demás pueblos a la información veraz, urge
responder con la resistencia comunicacional en la América Latina.
La multinacional AT&T, experta en
injerencismo y participación en golpes de Estado, bloqueó la señal de Telesur a
través de Directv, por lo cual no se podrá seguir viendo por parte de quienes
tienen contratado este servicio de cable operador en Venezuela y Colombia,
entre otros países.
Se trata de una nueva violación de los
derechos humanos a manos del imperialismo y sus corporaciones satélites
(AT&T, Directv), pues el de la comunicación y la información son derechos
fundamentales, inalienables del ser humano.
En el caso de Colombia, significa una
violación flagrante no solo de los contratos de índole civil y comercial que
los suscriptores pactaron con Directv, al firmar con esta empresa un paquete
que contenía la señal de Telesur, sino también de la Constitución Política
Colombiana que, en su artículo 20, establece, entre otros ítems, la prohibición
de la censura.
Y qué sino censura significa sacar la
señal de Telesur de la cablera, en el marco de un sinfín de ataques que sigue
cometiendo el establecimiento gringo de consuno con sus abyectos en Colombia y
demás países integrantes del Cartel de Lima contra el derecho del pueblo
venezolano a su autodeterminación, independencia y soberanía nacional.
La decisión se produce pocos días después
de que se llevara a cabo en Miami, Florida, una reunión del Centro de Medios de
las Américas del Departamento de Estado, en la que funcionarios del Gobierno de
Donal Trump lanzaron falaces acusaciones contra Telesur, RT y otras plataformas
alternativas internacionales.
Hace pocos meses, el ala fascista de la
oposición de derecha venezolana ya había anunciado una ofensiva contra Telesur,
para tratar de torpedearla y someterla al saqueo, como han hecho con otras
empresas públicas del ámbito internacional (Monómeros, en Colombia, y Citgo, en
EE.UU., por ejemplo).
Imperialistas, desesperados
A los mendaces defensores de la
“democracia”, que a diario hacen gárgaras con el concepto de “libertad de
prensa”, les desespera que a través de Telesur, RT, Hispan TV, Venezolana de
Televisión (VTV, Canal 8 del Estado venezolano), Teves y otras señales se
difunda la realidad de lo que pasa en el Venezuela, América Latina y el mundo.
Les molesta, de manera especial, la
difusión de la verdad sobre el desastre humanitario que afronta EE.UU. –primera
potencia del mundo capitalista– con más de un millón 560.000 contagiados por la
covid-19 y la aterradora cifra de más de 92.900 muertos ocasionados por la
desatención y el nefasto sistema de salud del Estado neoliberal gringo.
Y que difundan, igualmente, los éxitos
extraordinarios del Gobierno bolivariano de Venezuela, en donde los casos de
contagio por coronavirus apenas pasan de los 600 y la cifra de muertes es de
diez personas, a pesar del cerco económico estadounidense y europeo que impide
el ingreso de medicinas y de insumos para el servicio médico nacional.
Les molesta a los gringos y a sus lacayos
en Venezuela, Colombia y otros países satélites que, simultáneamente, Telesur,
RT, VTV y otros medios den a conocer las sucesivas derrotas infligidas por el
pueblo y el Gobierno de la República Bolivariana a las intenciones
imperialistas de agredir al hermano país, como ocurrió con la recientemente
derrotada incursión mercenaria del día 3 de mayo de 2020.
No saben cómo callar las denuncias sobre
la complicidad de los gobiernos de EE.UU. y de Colombia con los mercenarios y
terroristas, 52 de los cuales ya se encuentran detenidos y confesando sus
crímenes, y revelando cada vez más pruebas de la participación de su títere,
Guaidó, en la conspiración criminal con el cabecilla gringo de los mercenarios,
Goudreau, serviles particulares de los intereses de Trump y de su banda de
halcones anacrónicos.
El imperialismo les ha declarado la guerra
a los pueblos de América Latina y del mundo, y de esa guerra hace parte acallar
la voz de los medios alternativos y públicos comprometidos en el continente y
en el mundo con la verdad.
Después de su estrepitosa derrota en las
costas venezolanas, a manos del pueblo y de la Fuerza Armada Nacional
Bolivariana, EE.UU. recrudece, con sus agentes internos, la guerra económica,
la especulación con el dólar, el sabotaje terrorista a la infraestructura
eléctrica y de suministro de agua potable, el bloqueo a los insumos para el
procesamiento de la gasolina y la persecución a los buques iraníes que se
desplazan solidarios con el combustible para ayudar a su hermano bolivariano a
enfrentar la infamia gringa.
Nada de esto se conoce en Colombia por los
medios masivos de comunicación de las élites oligárquicas, cómplices también de
la agresión fraguada desde La Guajira de nuestro país, con conocimiento del
régimen uribista de Iván Duque, contra el hermano pueblo.
Así que no es de extrañar este nuevo
episodio, que aparece en plena pandemia, sin conmiseración, en el marco de la
seguidilla de acciones de revancha y ataques para propiciar una nueva
agresión, porque es conocido que bloquear las comunicaciones para evitar las
relaciones internas es uno de los preámbulos de las invasiones.
Enlaces alternativos
Pero ante la nueva agresión, el pueblo latinoamericano
debe asumir la resistencia comunicacional. Primero, rechazando por
incumplimiento legal, los contratos por parte de Directv.
Luego, enlazándose a Telesur, VTV, Teves,
RT, etc., a través de YouTube en sus teléfonos inteligentes y computadores personales,
enlaces que también se pueden extender a los televisores familiares.
Y, de igual manera, conectándose por las
páginas web de estos medios directamente y/o por las redes sociales.
Ante la censura y la mordaza
imperialistas, se impone la resistencia comunicacional de los pueblos
latinoamericanos.
A la guerra comunicacional desplegada por
EE.UU. y sus gobiernos, actores y medios títeres, urge una ofensiva del campo
alternativo con imaginación, solidaridad, inteligencia y mucha conciencia de
soberanía y libertad.
Cali, Colombia, martes 19 de
mayo de 2020.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario