Por Armando García
Editor y Fundador de Nuestra América Magazine
Aunque es muy común que en Estados Unidos el
racismo exista, en los últimos días se han visto episodios muy abiertos contra
la gente afroamericana, a los asiáticos americanos, inmigrantes e
hispanoamericanos, simplemente por cosas como el no llevar puesto en cubrebocas
en un centro comercial, o por estornudar siendo de origen asiático o por ser
latino, diciéndoles agresivamente que se devuelvan a su país de origen, aun
siendo nacidos en este país.
Por parte de la policía, se han visto en los
medios, cómo los oficiales del orden público, los
responsables de imponer la paz en la sociedad, han abusado de su poder, hasta
el punto de asesinar a personas no blancas o, hasta sajones persiguiendo a
personas de color o, acusándolas de algún delito que no cometieron. También,
hasta sugerir que dueños de negocios tienen el “derecho” de negar servicios a
personas hispanas o de otro color de piel.
Todo esto es debido en primera al discurso
racista, xenofóbico del presidente Donald J. Trump contra los migrantes
latinos, los asiáticos y musulmanes; entre otros y en segunda por el impacto de
la pandemia de coronavirus en lugares como las cárceles y las reservaciones de
los nativos americanos o en las zonas agrícolas del país, en su mayoría
invisibles para el resto la población.
El pleno Siglo XXI estamos regresando a los años
de los siglos Siglo XIX y XX, donde no se les permitía a mexicanos o de piel
oscura entrar a un restaurante. Historias de linchamientos en los estados que
alguna vez pertenecieron a México, llenan páginas en los libros de historia que
se empolvan en las bibliotecas y hemerotecas.
Hay que estar vigilantes y recordar lo que dijo
Martin Luther King Jr. con palabras más o palabras menos que las leyes de
derechos civiles no impiden que una persona te odie por el color de tu piel,
pero si impiden que lo lleguen a linchar.
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