Según el Miami New Times, esta persona se
desempeña como presidente nacional de este grupo desde el 24 de noviembre del
2018. Los “Proud Boys” tienen como propósito fundamental promover la
confrontación política a través de enfrentamientos violentos en las calles
contra manifestantes que se oponen a Donald Trump, especialmente, los
vinculados a “Black Lives Matter”. Son los responsables de los recientes
incidentes en Portland que culminaron con la declaración de estado de sitio y
han provocado situaciones desestabilizadoras en Nueva York, Seattle y
Berkerley.
Este grupo surgió en el contexto de la campaña
presidencial de Trump en septiembre del 2016. El ambiente generado por el
entonces candidato republicano era muy favorable para la creación de este tipo
de organizaciones extremistas. Este contexto constituyó la motivación
fundamental para que el supremacista blanco, Gavin McInnes, fundara esta
agrupación en Nueva York. Inicialmente se concibió como una especie de club
informal de hombres que se reunían para beber e intercambiar ideas sobre cómo
rescatar los “valores occidentales”.
Después que Trump asumió como presidente en enero del
2017, la membresía fue incrementándose y en Facebook llegaron a alcanzar la
cifra de 20 000 seguidores. A finales de ese propio año, crearon una especie de
escuadrón paramilitar llamado Fraternal Order Alt – Knights. Su misión
declarada era “proteger” las manifestaciones de los activistas de derecha. En
la práctica, eran los encargados de reprimir, golpear y atemorizar a las personas
que protestaban contra las políticas que promovía Donald Trump como parte de su
slogan “Make America Great Again”.
La mayor expresión de la agresividad de este grupo fue
durante los sucesos de Charlottesville en agosto del 2017 en los que ocurrieron
fuertes enfrentamientos promovidos por varios grupos neofascistas, incluyendo
el Ku Klux Klan. Estos hechos fueron organizados por un miembro de “Proud Boys”
y culminaron con el asesinato de una joven. Trump nunca repudió esta acción.
El cubanoamericano Enrique Tarrio como miembro activo
de la agrupación extremista participó directamente en esos fatídicos
acontecimientos. En aquel momento ocupaba un cargo a nivel local al
desempeñarse como el presidente de los “Proud Boys” en Miami. Aunque no esté
disponible información que explique las circunstancias de su ascenso a
presidente nacional, sí existen evidencias de su relación personal con Roger
Stone, aliado incondicional y mentor político de Donald Trump. Además, figura
muy influyente en el entorno del Partido Republicano en la Florida.
Según la publicación estadounidense The Daily
Beast, este grupo era una especie de “ejército personal de Stone”. Por lo
tanto, cumplían misiones de cualquier naturaleza y Tarrio era parte de este
andamiaje. Su participación en estas “tareas” y su lealtad a Trump
evidentemente le abrieron las puertas para establecer vínculos con el entonces
gobernador Rick Scott, el congresista Mario Díaz - Balart, el representante
Carlos Curbelo y las principales figuras que controlan la maquinaria
republicana en el Sur de la Florida. Con todos ellos compartió en varios
eventos sociales y existe constancia a través de fotos disponibles en las redes
sociales.
En el 2019, Tarrio se desempeñaba también como
director en la Florida de “Latinos por Trump”, responsabilidad que conllevaba
necesariamente coordinar acciones con el equipo de campaña en ese importante
estado. Paralelamente se inscribió como aspirante republicano por el distrito
congresional 27 de la Florida, pero abandonó la disputa antes de agosto del
2020 debido a que no tenía posibilidades.
De acuerdo al sitio Ballotpedia, cuando al
entonces candidato congresional le preguntaron sobre el primer evento político
que recuerda en su vida, respondió que fue la manifestación organizada en Miami
contra la devolución a Cuba del niño Elián González. Tarrio afirmó que participó en este acto
organizado por la extrema derecha cubanoamericana cuando solo tenía 13 años.
Esta fue su primera incursión en la vida política y marcó el inicio de sus
posiciones alineadas con los sectores de línea dura de esa comunidad.
Según The Sun Sentinel, en el año 2013 fue
sentenciado a 30 meses en una prisión federal por un delito asociado con el
robo de equipos médicos y su reventa. Es decir, era un delincuente que querían
hacerlo pasar por político, pero quienes le pagan llegaron a la conclusión que
les sería más útil como organizador y promotor de la violencia.
Resulta obvio que las acciones de los “Proud Boys”
obedecen a indicaciones precisas de representantes de la campaña de Trump,
quienes diseñan este tipo de manifestaciones y enfrentamientos para ir creando
las condiciones de inestabilidad en el contexto de las elecciones. Para
posicionar de manera creíble el mensaje de la ley y el orden, los republicanos
necesitan precisamente una situación caótica y volátil. A tales efectos, este
grupo es un instrumento efectivo y el cubanoamericano es la pieza que
desencadena la furia en el terreno.
Cuando Trump durante el debate afirmó: “Proud Boys den
un paso atrás y estén preparados”, la reacción de Tarrio en la plataforma
tecnológica Parler fue: “estoy extremadamente orgulloso de la actuación de mi
presidente esta noche”. Según The New York Times, después de los
pronunciamientos del candidato republicano se han incrementado las solicitudes
de membresía al grupo neofascista y están llevando a cabo una campaña con ese
propósito que requirió modificar el logo de la agrupación para incorporarle la
afirmación del mandatario.
En esencia, estas palabras fueron interpretadas como
una especie de llamado a las armas. Como una muestra ilustrativa de las
reacciones, el activista neonazi Andrew Anglin dijo: “Él le está diciendo a las
personas que estén preparadas. Es como decir: estén listos para la guerra”. Por
lo tanto, Trump con su marcada intención de no condenar este tipo de conductas
está promoviendo directamente la violencia desconociendo públicamente que los
“Proud Boys” fueron catalogados en el 2018 por el FBI como un grupo extremista
con vínculos con el nacionalismo blanco.
Por su parte, la organización estadounidense Southern
Poverty Law Center ha contabilizado decenas de incidentes violentos con la
participación de miembros de esta agrupación y lo tiene calificado como un
grupo de odio. En este sentido, Jonathan Greenblatt CEO de la Liga
Antidifamación, señaló: “En caso de que alguien tenga alguna duda, “Proud Boys”
son una cepa virulenta del extremismo de derecha estadounidense”.
En un reciente testimonio en el Congreso, el director
del FBI afirmó que los grupos extremistas constituyen la mayor amenaza de
terrorismo doméstico para Estados Unidos. No obstante, nada de esto es
suficiente para el candidato republicano porque su objetivo es reelegirse y
para lograr ese propósito ha llevado a una situación límite la concepción de
que el fin justifica los medios.
Lo insólito es que Donald Trump ha llegado a afirmar
categóricamente que no conoce qué es “Proud Boys” cuando él es el verdadero
padre de esa criatura. Una vez más el gobierno estadounidense le asigna a la
derecha anticubana y sus representantes el trabajo sucio para cuando le resulte
conveniente negar su responsabilidad en el desastre. Pero bueno, para eso les
pagan y ellos tienen un precio.
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