Al presidente AMLO no le gusta
viajar al exterior
Ahora que planea visitar a Trump
no es oportuno
Por Francisco Gómez Maza
Al presidente
López Obrador no le conviene hacerle el caldo gordo a Donald Trump. Sería caer
en un garlito electoral - en una trampa, la calificó mi muy querido amigo
embajador -; le costaría muy caro a él y a Morena, la coalición de fuerzas
políticas de todos los colores que lo llevó a la presidencia.
El reiterado
anuncio del mandatario mexicano de que viajará a Washington, después de la
entrada en vigencia del tratado comercial con EU y Canadá, está siendo
repudiado por muchos porque no le conviene a nadie ser comparsa del
neoyorquino, quien intenta quedarse otros cuatro años en la Casa Blanca, a
costa de lo que sea; engañando a quien sea.
Hasta sus más
furibundos enemigos, como Felipe Calderón, le han advertido a López Obrador que
no debe realizar esa visita. Nosotros afirmamos que, de ninguna manera, se
puede confiar en Trump, adalid de la hipocresía.
La visita de
AMLO a Trump, so pretexto de la firma del T-MEC (Tratado comercial entre
México, Estados Unidos y Canadá), y “para dar gracias” por el apoyo que el
güero le ha dado, sería un tremendo error que el tabasqueño pagaría muy caro.
La no
imposición de aranceles a las importaciones mexicanas fue un chantaje de Trump
a López Obrador para obligarlo a que México se convirtiera en un muro humano
para parar, a como diera lugar, las populosas caravanas de migrantes
centroamericanos con destino a territorio estadounidense. Y López Obrador cayó
en la trampa, cumplió con creces, a costa de su prestigio como “demócrata” que
dice ser.
Inclusive,
quizá el más importante de sus mentores políticos, el diputado Porfirio Muñoz
Ledo, levantó la voz para cuestionar, y con toda justicia, la política
migratoria represiva desplegada por AMLO para parar la migración forzada de salvadoreños,
hondureños y guatemaltecos, que huían de la pobreza y la represión en sus
países originarios.
Pero no estoy
seguro de que el presidente mexicano oiga y menos escuche la advertencia,
aunque el programado encuentro con su benefactor ocurra cuando éste anda muy
bocabajeado política y electoralmente. Ya muchos de los que lo llevaron a la
presidencia no lo quieren más.
La impericia
de Trump ante la pandemia de Covid-19 y el pésimo manejo de la crisis
económica, convertida ya en una trágica recesión, más profunda que el Crack del
29 y la Gran Depresión, así como los trágicos rebrotes de racismo, expresados
en la sevicia policial contra George Floyd, el nuevo mártir de los luchadores
por los derechos humanos, le han ganado una gran animadversión.
El aspirante
demócrata Joe Biden, aventajaba hasta este jueves 24 en 14 puntos al Presidente
republicano, en la carrera a las elecciones de noviembre, de acuerdo con una
encuesta nacional. En uno de los peores sondeos preelectorales para Trump,
Biden recogió 50% de apoyo contra 36% de su rival, según la encuesta hecha por
el diario The New York Times y Sina College. Otras encuestas recientes le
asignaban 10 puntos porcentuales promedio de ventaja a Biden, exvicepresidente
y candidato de la oposición demócrata.
De acuerdo con despachos de prensa, el
candidato por el partido demócrata tiene una cómoda delantera entre las
mujeres, afroestadounidenses y latinos, dice el nuevo sondeo. También está casi
igualado con Trump entre los votantes hombres, blancos y gente de mediana edad
o mayores, cuyo apoyo permitió al candidato republicano ganar los comicios de
2016, según la encuesta. El Times dice que Trump pierde apoyo debido a su
respuesta a la crisis del coronavirus, que asestó un duro golpe hasta la
entonces saludable economía estadounidense.
Ante esta
perspectiva, López Obrador está obligado a desechar sus planes de visitar a su
protector. Éste lo está utilizando para ganar adeptos entre la descendencia
mexicana y quedarse otros cuatro años en la Casa Blanca.
Hacer frente
a los problemas de los mexicanos tiene que ser el único punto de la agenda de
López Obrador. La solución de los problemas gravísimos que laceran a los
mexicanos no puede estar en manos de Trump. AMLO va a buscar este apoyo, pero
tiene que darse cuenta de que el neoyorquino lo está utilizando. Y mientras le
saque ventajas al morenista, lo seguirá “apapachando”, pero ya está preparando
controversias comerciales contra México y ni siquiera se ha inaugurado el
T-MEC.
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