Comienza el relajamiento
en CDMX, decide el gobierno
Usted siga en casa, si
no tiene nada qué hacer en la calle
Por Francisco Gómez Maza
Hay decisiones
incomprensibles de los gobiernos de la CuartaTra.
Nunca he entendido por
qué el gobierno de la Ciudad de México tiene miedo de que sus enemigos lo
tachen de represor, cuando se trata de defender los derechos de los ciudadanos
de la furia de envalentonados destructores, que no sólo vandalizan monumentos
artísticos e históricos de la ciudad, sino que atentan contra bancos y
comercios que encuentran a su paso.
Otra decisión no muy
comprensible es el relajamiento de las actividades humanas y sociales, en
momentos en que la pandemia de Covid-19 está en todo su esplendor.
Entiendo que hay que
reactivar la economía, pero cualquier gobierno tiene la suficiente capacidad
para lograr que la actividad económica se levante sin exponer a la ciudadanía,
que se mueve inconscientemente en masa y ya la estoy imaginando sin guardar la
sana distancia, sin protección, exponiendo sus ojos, su nariz y su boca al
nuevo coronavirus.
Este lunes 15 de junio
lo estaremos viendo. Será la locura porque millones de personas asumirán que la
pandemia se ha acabado y que ya pueden hacer y deshacer en las calles.
Cambiar el semáforo de
rojo a naranja quiere decir relajación y no son muchos los que fijan su
atención en la prensa, en el resto de los medios de comunicación y sólo actúan
de oídas. Ya lo estoy viendo. La gente, la inmensa mayoría, estará segura que
hoy ancha es castilla. Los mexicanos no somos muy cuidadosos con nuestra propia
vida y mucho menos con la vida de los demás.
Ya está ocurriendo el
rebrote en países que decretaron el relajamiento de la cuarentena. Inclusive en
China donde se dio por concluida la pandemia hace por lo menos un trimestre. En
Estados Unidos está ocurriendo otro tanto. Hay otros países a los que no les
fue tan mal y declararon el desconfinamiento. Ahora están viendo rebrotes
perturbantes.
Dice el presidente López
que regresemos a esa famosa “nueva normalidad”, que no entiendo qué significa,
sin miedo ni temores; que todos frenamos el contagio y debemos mantener las
medidas sanitarias, comer sanamente, ejercitarnos, ser solidarios, asumir
nuestra libertad y cuidarnos mutuamente.
Palabras incomprensibles
para las mayorías. Cuánta gente en México, por ejemplo, puede comer sanamente,
si siempre ha vivido en la pobreza y muchos en la pobreza extrema, sin agua
corriente, en perpetua recesión. Y menos tienen tiempo de ejercitarse porque
tienen que buscarse lo indispensable para sobrevivir. Es un sueño guajiro,
presidente.
Pero bueno. La Ciudad de
México comienza hoy lunes la transición de semáforo rojo a naranja, como lo
informó la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum. Veremos quién baila mejor la
manzanilla. Nadie quiere sufrir de Covid-19. Nadie querría morir y ya contamos
muchos muertos.
Que la reapertura será
escalonada en la semana del 15 al 28 de junio. Sin embargo, los rebrotes no
serán escalonados. El SARS-COV-2 no tiene razón. Agrede de boca a boca, de
palabra a palabra, te puede contagiar con cualquier descuido.
Cuánto me gustaría no
tener razón.
La señora Sheinbaum
explicó que el lunes 22 la ciudad estaría ya en semáforo naranja.
Me parece más cuerdo el
gobierno del Estado de México, encabezado por Alfredo del Mazo. Y el Estado de
México abarca gran parte de la Ciudad de México.
De veras que lo deseo de
todo corazón. Espero equivocarme y no se dé el rebote de la enfermedad. No
quiero que sigan muriendo más amigos, más familiares, más desconocidos. La vida
de cualquiera sí vale.
Pero bueno. La suerte
está echada. No le queda más a este amanuense de la sociedad decir que no
salgan a la calle si no tienen nada absolutamente indispensable que hacer. Y
háganlo muy bien protegidos. No se fijen que el presidente pone un mal ejemplo
al no usar ninguna protección.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario